Las señales de desgaste en la relación de pareja son claras, y se aprecian a simple vista. En la mayoría de los casos, lo que sucede es que nos negamos a aceptarlo y decidimos mirar hacia otro lado: los celos, la rutina, el desinterés, la falta de intimidad y de diálogo; las discusiones reiteradas, las quejas, el volcar toda la energía en un hobby, el trabajo u otra persona; hablan de un desgaste, y así lo expresan los especialistas.
No siempre la causa del deterioro de la relación, obedece al desamor y al desinterés. Puede haber amor y también desgaste. Pero si hay amor, los problemas pueden ser resueltos con mayor facilidad, sin lugar a dudas.
Los grandes enemigos de la pareja:
- Los celos. En la mayoría de los vínculos afectivos suelen estar presentes los celos. Cuando se convierten en recurrentes, le produce un considerable sufrimiento a quien los padece; y obstinación, aburrimiento y agobio al otro miembro de la pareja, que termina percibiendo a su pareja como poca cosa, ya que es obvio que no se estima lo suficiente.
- Las discusiones cotidianas. Agotan la relación, la van destruyendo. Llega un momento que ambos evitan compartir, para eludir las discusiones, las palabras desagradables, las ofensas, el malestar que causan. Frente a esta realidad, los integrantes de la pareja creen que se hallan en un callejón sin salida, pero no siempre es así. La clave está en la conciliación, en aprender a escucharse y establecer acuerdos.
- La falta de comunicación. Se genera de forma recurrente por la falta de tiempo compartido. La comunicación es vital, nos permite expresar, nuestras opiniones, lo que nos gusta o disgusta, nuestros sentimientos, pensamientos y emociones. Una buena comunicación es pilar fundamental de una buena y sana relación de pareja.
- Las críticas en público o en privado. Ambas son una práctica nefasta y destructiva. En especial la hecha en público, que ridiculiza a la pareja objeto de crítica. La recomendación es que si algo te molesta de tu pareja, busques la oportunidad en privado para hacérselo saber con respeto. Las constantes críticas constituyen un hábito que destruye la TuEstima de los integrantes de la pareja y erosiona la relación.
- La queja repetida. De cualquiera de las partes, causa stress, malestar, y hastío, por decir lo mínimo.
- Querer cambiar a la pareja. Exigir a la pareja que se exprese, opine, actúe, se comporte y se vista como uno de los miembros desea; en fin, “no dejar ser a la pareja, tal cual es”, constituye una conducta que más temprano que tarde, lleva a la ruptura de la relación. Todos los seres humanos tenemos un gran sueño interno: que nos amen y acepten tal cual como somos, con nuestra luz, sombras y oscuridad.
- El sexo, cuando se convierte en la tarea que hay que hacer. La falta de juego previo, de caricias, de estimulación. Ya no hay risas, piropos, ni seducción. La rutina invade el dormitorio y es una repetición al carbón de las oportunidades anteriores. Enciende la chispa, coloca música, usa pijamas sexys, incita a la comunicación para que ambos puedan expresar lo que les agrada.
- Ser muy dominante o complaciente. Los dos extremos causan terribles daños a la relación. Mandar, exigir y emitir reglas acerca de todo, o en el otro extremo; no tomar decisiones, iniciativas, o expresar de manera asertiva las propias opiniones, termina aburriendo a la otra pareja, ya que es como no tener con quien contar.
- Las disfunciones sexuales del hombre o la falta de orgasmo en el caso de la mujer. Ambos casos deben ser objeto de diálogo sincero entre la pareja. Además, deberán acordar buscar ayuda especializada.
- Descuido físico exagerado de algún miembro de la pareja. Ocurre cuando alguno de los miembros descuida de manera importante su apariencia física, aspectos como: aumento significativo de peso, descuido en el vestir, y en la limpieza personal.
Los especialistas, destacan además, la importancia de saber manejar los casos en que se producen conflictos en la pareja, por causa de alteración de roles, es decir, cuando la mujer tiene una mayor posición laboral o gana más que su pareja. Otro supuesto, es el descuido de la mujer a la relación de pareja cuando se dedica de manera desmedida y casi exclusiva a los hijos y por último, añaden como causa de conflicto, cuando uno de los miembros de la pareja tiene adicción exagerada por un hobbies.
¡Activa tus alarmas y pon en marcha los correctivos pertinentes! YA…