La separación amorosa siempre está rodeada de mitos y creencias los cuales es necesario analizar y si es el caso erradicar, para que no afecten la relación ni la separación. Hay que poner las cosas donde corresponden y darles su verdadero nombre. Para afrontar una separación amorosa hay que desmitificarla.Los mitos y leyendas siempre rodean la separación amorosa, como el dejar que el tiempo lo cure todo o sobrestimar los efectos emocionales de la ruptura o creer que podemos cambiar a las personas o hacernos las víctimas o involucrar a los hijos en el medio del conflicto. Lo sano es analizarlos en forma objetiva.
1. El mito de olvidar durante y luego de la separación amorosa
Se dice que la forma de superar la separación amorosa es el olvido, mientras que otros argumentan que lo mejor es ser amigo de la ex-pareja. Ni lo uno ni lo otro se puede considerar como una verdad absoluta. Para olvidar a una pareja se necesitaría que le realizaran a la persona la lobotomía o como se diría en términos de computadores aplicar el «control delete» para borrar la memoria del disco duro, lo cual no es posible. Ahora bien, decir que de una manera civilizada debes convertirte en el mejor amigo de tu ex-pareja, también sería una utopía. En especial durante el proceso de separación, en donde se debe tomar una sana distancia.
2. El mito del amor único y sobrenatural, el famoso príncipe azul
Uno de los factores psicológicos que más afecta una separación amorosa es la creencia de que existe un príncipe azul o princesa encantada, lo cual implica que la pareja es perfecta y que no existe nadie más con quien se pueda convivir. Si se piensa así, se idealiza la relación para llevarla a un terreno en donde si se comete un error sería inexplicable, o por el contrario se llegaría a un punto en donde nos aferramos al matrimonio a pesar de que las cosas no funcionen para nada. Todo extremo es vicioso y los cuentos de hadas hay que dejarlos como tal, en puro cuento.
3. El mito de la amistad con la ex-pareja luego de la separación amorosa
No hay que esperar a convertirse en ex-pareja para ser los mejores amigos. El ideal es que antes de la separación se hubieran explorado en pareja el ser amigos y amantes en forma simultánea. Posiblemente a algunos les funcione terminar una relación en forma civilizada, para seguir saliendo esporádicamente a tomar un café o un te. Pero la verdad es que para la gran mayoría no resulta el mejor consejo continuar una relación como si no hubiera pasado nada. Buenas relaciones, sin duda, amigos con derechos, quien sabe.
4. El mito de que un nuevo clavo saca otro clavo
Cuando existe un desamor y una frustración amorosa, las amistades suelen alentar a la persona para que inicie pronto una nueva relación bajo el criterio de que un clavo saca otro clavo. La verdad es que lo mejor es en primer término cerrar el ciclo, viviendo el duelo respectivo e incorporando el aprendizaje correspondiente, para luego abrirnos a nuevas experiencias.
5. El mito de comunicar y expresar el problema para descargarse
Cuando de separación amorosa se trata es conveniente buscar por todos los medios expresarse y desahogarse, para sacar toda esa energía reprimida y represada. No se trata de divulgar tu estado emocional a todo aquel que llegue a tu vida, sino de hacerlo con las personas adecuadas, incluso un psicoterapeuta de tu confianza.
6. El mito de que el tiempo lo cura todo y no hay mal que dure cien años ni cuerpo que lo resista.
A veces se piensa que hacernos los desentendidos del problema es una alternativa válida para superar la separación amorosa. Que el tiempo lo cura todo, así que lo mejor es dejar distancia y espacio. Es cierto en parte, porque con el tiempo se disminuye el duelo, pero si nos centramos en nosotros y en los nuevos propósitos, sin duda se agilizará el proceso. Recuerda que la manera de superar un mal pensamiento consiste en reemplazarlo por otro más optimista y agradable. Así que debes poner en marcha tus nuevos planes.
7. El mito de que no se debe llorar sobre la leche derramada
Una manera de enfrentar los problemas es no ponerles atención, bajo el precepto de que lo ocurrido hecho está. Es una forma práctica de desatenderse de los problemas y en este caso de una separación amorosa. El problema es que si no decantas lo sucedido y lo haces consciente, permanece en el inconsciente y a veces afectando nuestras emociones sin darnos cuenta. De pronto evitarás volver a comprometerte en una nueva relación por temores ocultos que no has sanado. Por ello, no se recomienda ante una ruptura emocional, dejarlo sin atender y superarlo en forma consciente.
8. El mito de «te lo prometo que no lo volveré a hacer, o no significó nada para mí»
La infidelidad es una de las causas que más influye en la separación amorosa. Es difícil perdonarlas y menos aceptarlas, por más que tu pareja te prometa que no volverá a ocurrir, que fue algo pasajero, que se encontraba bajo el efecto del alcohol, o que estaba inconsciente. Las heridas permanecen y sólo pueden superarse en la medida en que acciones más intensas las reemplacen. Las promesas no valen sino los hechos y la paciencia, porque se necesitará mucha para poder superar la infidelidad. Olvidar es imposible pero perdonar es sabio. El problema es que la pareja no sea un adicto y vuelva a caer en las tentaciones de la infidelidad.
9. El mito de que nacimos para sufrir
Muchas veces, en especial en el pasado, las personas eran educadas para permanecer en el matrimonio así se sufriera. A las mujeres les decían que el sufrimiento era parte de la relación y que después serían recompensadas por un poder divino. Los mismos hijos eran suficiente razón para mantener la estabilidad matrimonial en pleno fracaso. Pero esta idea ya no va más. Para no sufrir o provocar una separación amorosa, se debe respetar y amar con pasión, trabajar día a día, ser detallista y apoyar a la pareja. Ambos deben ser felices para que se justifique continuar juntos. No nacimos para sufrir y no existe justificación para hacerlo.
10. El mito de que seguimos juntos por los hijos
Los hijos son sin duda una de las más grandes bendiciones, hasta el punto de que los padres podrían sacrificarse por ellos, incluso dando su vida. Pero no es sano interponer a terceros, incluso los hijos, sacrificando la propia felicidad. En la familia todos somos importantes y debemos procurar el bienestar de todos sus miembros. Amar a los hijos intensamente no se contrapone a la idea de tomar la decisión de dar por terminada una relación contraria a la felicidad de la pareja. La separación matrimonial es una opción cuando sus integrantes no están comprometidos en su desarrollo y bienestar.