El desafío que supone el envejecimiento de la población actual ha ubicado en la agenda pública la promoción, el mantenimiento y la mejora del bienestar de las personas mayores. En este sentido, un trabajo publicado en el Journal of Happiness Studies por investigadores del departamento de Psiquiatría de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM) ha delimitado, mediante métodos cualitativos, el concepto de bienestar subjetivo y sus determinantes en las personas de edad avanzada.
Un estudio liderado desde la Universidad Autónoma de Madrid argumenta que las relaciones basadas en la confianza, la pertenencia y las experiencias compartidas son fundamentales para el bienestar subjetivo de las personas mayores. Las interacciones con la familia más cercana fueron consideradas esenciales para el bienestar subjetivo.
Las perspectivas de los participantes sobre el bienestar subjetivo se clasificaron en cuatro dimensiones: funcional, social, personal y ambiental. La dimensión social fue, con diferencia, la más repetida en todos los grupos focales como clave para el bienestar subjetivo.
Las interacciones con la familia más cercana fueron consideradas esenciales para el bienestar subjetivo, ya que generan y promueven sentimientos de aprecio, conexión y apoyo. Ser una persona socialmente comprometida y participar en la comunidad también tiene efectos positivos sobre el.
“Además de promover el sentido de pertenencia al grupo y la comunicación, el compromiso social proporciona sentimientos de competencia y solidaridad, y fomenta la autoestima”, afirma Elvira Lara, primera firmante del trabajo.
El estudio destaca que el desarrollo y la implementación de acciones que incluyan la participación en la comunidad y el mantenimiento de las relaciones sociales, especialmente en aquellos individuos con una red social limitada o que reporten sentimientos de soledad, pueden fomentar el bienestar subjetivo entre la población de edad más avanzada.
Fuente: https://cutt.ly/7hNg8l