Vamos a empezar disolviendo algunas creencias sobre el tarot para poder acceder al conocimiento que existe en sus cartas, alejando falsas ideas para utilizar el tarot como lo que verdaderamente es, una excelente herramienta de autoconocimiento.
- No hay cartas buenas o malas.
Lo primero que me preguntan mis consultantes, es si veo en las cartas algo bueno o malo. Ya es momento de salirnos de la dualidad bueno y malo, sabemos que cada situación que aparece en nuestras vidas trae algo que necesitamos aprender. La vida nos regala oportunidades para expandir las fronteras de nuestras propias limitaciones y transformarnos en personas más sabias. Muchas de las situaciones incómodas o dolorosas que vivimos en nuestras vidas alojan en el centro de la experiencia una oportunidad de madurar, si somos capaces de aceptar lo que está sucediendo podremos integrar este tesoro de sabiduría a nuestros ser. El tarot nos invita a mirar situaciones específicas de una manera novedosa.
- El Tarot no es para saber del futuro.
Preocuparnos excesivamente por el futuro, con fantasías o miedos, suele ser una vía de escape al presente, manteniéndonos distraídos en universos potenciales y alejados de trabajar los conflictos que están en el presente. Así que, querer saber desmesuradamente sobre el futuro, puede ser una ambición de control, una trampa de tu mente. Cuando te des cuenta que todo está ya sucediendo en tu presente y que la llave sobre cualquier cambio que quieras hacer en tu futuro está allí, podrás sentir la sensación de poder que trae saberte creador tu propia realidad. Cada carta en el tarot funciona como un reflejo de nuestra propia experiencia interna, un espejo de la conciencia, que te anima a ampliar tu visión sobre determinada situación o sobre vos mismo, mostrándote aspectos invisibles de tu inconsciente. Atrévete a ver para crecer y crear.
- El o la tarotista no tiene una verdad máxima irrefutable.
Nunca desestimes tus propias impresiones, ni entregues tu poder personal a nadie. Si estás en una consulta de tarot, escucha y toma aquello de lo que te dicen que te ayuda y descarta lo que no. Tómate tu tiempo para procesar la información y sacar siempre, tus propias conclusiones. Tenemos el hábito de buscar la verdad afuera e intentar que nos resuelvan la vida en un abrir y cerrar de ojos. Toma tu poder en el centro de tu vida y confía en tu maestro interno. Jamás permitas que alguien te condicione o te sugestione sobre tu futuro, sobre lo que puedes o lo que no.
El tarotista es una persona igual que tú, ábrete a escuchar y recibir pero no eleves sus palabras por encima de todo. Es tu desafío personal el de transitar tu vida e ir abriendo una nueva senda, única e irrepetible, con las dudas y la incertidumbre que esto puede generar, pero confiando, paso a paso, en el camino que eliges.