¿Cómo conectar con la fuente de la creatividad y genialidad que todos tenemos?
¿De qué manera podemos usar el poder invisible de la intención para construir una vida abundante y feliz?
El campo de la Intención es una fuerza en el universo que nos permite llevar a cabo los procesos creativos; por eso, a través de ella, podemos lograr que nuestra vida llegue a ser todo lo abundante y feliz que deseamos.
En este artículo, vamos a hablar de la Intención como el campo de energía de lo no- manifestado, no sólo como algo interno, la decisión que nos impulsa a hacer. Es decir, que al hablar de “Intención” nos referimos a esa fuerza invisible de la que, sin saberlo, somos parte.
Todos formamos parte del poder invisible de la Intención; conociéndolo y usándolo de forma alineada con nuestros deseos más profundos, lo que nuestra alma vino a expresar a este mundo, nos convertiremos en dueños de las transformaciones que queremos imprimir a nuestras vidas.
“La intención no es algo que la persona hace, sino una fuerza que existe en el universo como campo de energía invisible. El propósito es una fuerza que existe en el universo”. – Wayne Dyer.
Vamos a conocer los 3 pasos para conectar con este campo de poder universal, con la fuente de creatividad y genialidad que todos tenemos:
El primer paso es IMAGINAR lo que deseamos. Desplegar el poder de nuestra mente subconsciente a través de la visualización e imaginación, debería ser un ejercicio diario en nuestras vidas. Tomarnos un espacio en el día, para visualizar e imaginar nuestra vida dentro de 1 año, 3 años, 5 años, y pensar en las metas que deseamos más profundamente.
Para ayudarnos con esta tarea, podemos escribir los objetivos, las metas y proyectos en los que vamos a trabajar. Generalmente, escribir tus metas te será útil para visualizarlas con más claridad y detalle. Por eso al imaginar y visualizar, también estamos conectando con el campo de la Intención para fijar nuestras metas.
El segundo paso es SENTIR. Las sensaciones físicas-emocionales de las cosas que estamos imaginando, visualizando, pensando, nos permiten discernir si esos deseos están alineados con lo que nuestra Alma vino a expresar a este mundo, con los deseos más profundos y coherentes en nuestro corazón.
Sentir nos permite traer la experiencia emocional, las sensaciones, de lo que deseamos, al momento presente. Comenzar a vivirlo ahora en nuestra mente, incluso si aún no lo vemos manifestado con los ojos físicos.
Si al pensar en esa idea, esa meta o sueño, la sensación que experimentamos es de bienestar, gozo, paz, expansión, eso significa que estamos conectados al poder invisible de la Intención, y que ese pensamiento está alineado con nuestro destino, el propósito que vinimos a manifestar.
Si al visualizarlo, la sensación que experimentamos es de tensión, malestar, estrés, puede estar ocurriendo una de dos cosas. O bien lo que deseamos no está en nuestro camino de vida personal, no está alineado con nuestro propósito. O bien es un potencial que podríamos manifestar, pero al mismo tiempo estamos sosteniendo algún juicio, creencia o hábito limitante. En este caso la tarea será revisar nuestros pensamientos y hábitos para identificar el obstáculo y entonces hacer el ajuste que precisamos.
El tercer paso es ENTREGAR. Me gusta ver la entrega como confiar en que si puedo verlo y sentirlo (paso 1 y 2), entonces lo que deseo está alineado con mi propósito de vida, y no necesito controlar más allá de lo que me corresponde hacer.Y atención a la palabra “hacer”. Porque la entrega siempre incluye la toma de acción. Ponernos en marcha, accionar, trabajar en esos proyectos, tareas, que nos permiten realizar la meta que fijamos. Imaginar es genial, pero quedarnos en la fantasía es sólo especular con el futuro.
Actuar es mover la energía en lo físico, para manifestar la idea en lo terrenal. Aunque a veces no veamos más allá del primer paso, demos ese paso. Hagamos lo que sabemos que precisamos hacer. La acción deshace el miedo, y atrae más claridad para avanzar.
Una última cosa: los tiempos de la vida, no suelen coincidir con nuestras agendas mentales. Una vez que conectamos con un potencial, para que se desenvuelva y materialice en el plano físico, es importante respetar los ritmos naturales en los procesos de la vida.
Por ejemplo, si esta noche siembro en una maceta la semilla de una planta, no voy a pretender que para mañana haya florecido. No es lo natural en los ciclos, en el ritmo de crecimiento natural de una planta. Aunque le pusiera en la tierra unos fertilizantes especiales, que podrían hacerla florecer más rápido, seguramente ese crecimiento no sería algo sostenible.