Te invito a seguir estas valiosas recomendaciones, sólo necesitarás para comenzar tener una intención clara y definida dirigida a creer en ti, y abrirte a recibir todo lo que mereces como el ser único y maravilloso que eres.
1. Práctica la asertividad.
La asertividad consiste en la capacidad de expresar nuestras ideas, opiniones y sentimientos de forma directa y libre, respetando a los demás, pero defendiendo nuestra forma de pensar y nuestros deseos e intereses.
Aprender a decir “No”, de buena manera, sin agredir, y sin sentirnos culpables, es elemental para nuestro bienestar personal y por ende para nuestra autoestima.
Comprométete a practicar la asertividad. Gradualmente, empieza a decir “No”, cuando así lo desees y a expresar de forma clara tus deseos y opiniones. Anota tus avances. Elige un día en particular y pregúntate ¿A quién quisiste complacer y con quien trataste de quedar bien? ¿Por qué lo hiciste? Cabe citar una frase que escuche de un afamado motivador “Nos enseñaron a ser buenos, pero no felices”. No la olvides y permítete modificar ese principio.
2. Elabora un plan para combatir la negatividad y contratiempos naturales de la vida.
Ten en cuenta los factores que tienden a desviarte de tu camino, dirigido a rescatar tu amor propio y decide cómo lidiar con ellos. Ten en cuenta que no puedes controlar las palabras y las acciones de los demás, pero puedes controlar tus respuestas y reacciones. Podrías percatarte que los comentarios negativos de una persona en particular, como un familiar, amigo o jefe, te llevan hacia un espiral de negatividad. Si esto sucede con frecuencia, intenta identificar la razón. Decide cómo manejar los pensamientos negativos que tienes. Reconoce tus sentimientos y replantea tu reacción negativa con recordatorios positivos de tu autoestima. Además de poner límites de manera asertiva.
3. Date el regalo del tiempo para conocerte, sentirte y clarificar tus metas.
No te sientas culpable por destinar tiempo a reflexionar sobre ti y tu propia vida. Es importante darte el permiso para conocerte, descubrirte, sentirte y quererte a ti mismo. Trabajar con el espejo es una herramienta de gran utilidad, ya que nos devuelve la imagen de lo que sentimos por nosotros mismos. Te invito a mirarte fijamente a los ojos cada vez que pases delante de un espejo. Asimismo, detenernos es lo mejor que podemos hacer para verificar nuestro rumbo y corregirlo, si es necesario. Será de apoyo, preguntarte:
¿Cómo te ves a ti mismo?
¿Qué es lo que realmente quieres?
¿Cuál es tu propósito?
¿Hacia dónde te diriges con tus acciones?
¿En qué área de tu vida sientes más satisfacción y cuál percibes en desequilibrio?
4. Incluye una actividad diaria o por lo menos semanal que te motive y entusiasme.
No tengo palabras para expresarte lo importante que es este punto. En muchas ocasiones, nuestra vida se llena de obligaciones y sin darnos cuenta nos vamos olvidando de todo aquello que nos agrada, por más simple que esto sea. En otros casos, nos dedicamos a hacerles la vida fácil y feliz a todas las personas de nuestro entorno y nos olvidamos absolutamente de nosotros mismos. Cuando nos damos cuenta, usualmente es cuando el fantasma de la depresión y la ansiedad despiertan en nosotros. Lo ideal es que destinemos por lo menos 45 minutos diarios para nosotros, sin sentirnos culpables.
Te garantizo que al brindarte amor, tendrás una mejor disposición para dar amor a los demás. Recuerda el precepto “amarás a tu prójimo como a ti mismo”. Activar nuestro amor propio es el punto de inicio hacia cualquier tipo de crecimiento spiritual y mejoramiento personal.