Los pensamientos son energía creativa en forma de onda, todos los pensamientos crean, todos los pensamientos producen forma en algún nivel y no tenemos pensamientos neutros. Nuestra mente interpreta la realidad, con los pensamientos que tienen gran influencia en nuestras vidas, y así le damos significado a las cosas y a los eventos que vivimos. Entonces, según lo que interpretamos, decidimos consciente o inconscientemente qué queremos ver, y lo justificamos al creer que así son las cosas.
Actualmente los estudios de la física cuántica, nos permiten probar una ya conocida Ley de la consciencia: La única razón de que algo se manifieste, se materialice, en nuestra realidad, es que hemos puesto la suficiente atención o energía en eso para que ocurran. Aquello en lo que enfocamos la atención, se hace parte de nuestro mundo.
Los pensamientos y emociones generan distintos estados mentales que se traducen en el cerebro como diferentes combinaciones químicas, que influyen en la química del resto del cuerpo y este comienza a sentirse de la manera en que pensamos.
El estado anímico al despertarnos en la mañana, se debe a los pensamientos y sentimientos que, consciente o inconscientemente, sostenemos incluso antes de abrir los ojos. Con los primeros pensamientos al despertar, diseñamos el tipo de día que tendremos. La buena noticia es que siempre podemos elegir de nuevo y crear un día extraordinario.
Sigue estos cuatro pasos ¡Comienza aquí a recuperar el control de tu mente!
1 Escribe todos los pensamientos que se vengan a la mente durante unos diez minutos al despertarte por la mañana, hasta que se agoten, y comiences a sentir calma interior.
2 Observa si entre esas ideas encuentras pensamientos negativos o limitantes, y escríbelos nuevamente aparte. Toma uno por uno de esos pensamientos o diálogos internos, enfoca la atención en ellos y observa las sensaciones que producen en tu cuerpo al sostenerlos en la mente y pregúntate ¿Qué emoción subyace a esos pensamientos?
Respira unos momentos hasta que esas sensaciones se disuelvan, y te sientas bien. Una vez que la has soltado, en el próximo paso tomas la decisión de cuál es tu meta del día, cuál es el máximo resultados que deseas, qué quieres realmente experimentar ¡cómo deseas sentirte realmente! Estando presente puedes escuchar al corazón, discernir, y tomar decisiones efectivas.
3 Elige de Nuevo ¿Cómo quieres sentirte hoy? ¿Qué es lo que realmente quieres experimentar? y sostén esa nueva intención, en coherencia emocional con tu Bienestar, sobre qué sentimientos quieres realmente experimentar durante tu día.
Por ejemplo, enseguida que abro los ojos en la mañana, busco en mi mente tres cosas por las que me siento verdaderamente agradecido, experimento y sostengo esos sentimientos de Aprecio y Alegría durante 5 minutos. Y luego lo extiendo a todas las actividades que voy a realizar en mi jornada.
4 Pregúntate ¿Qué puedo hacer hoy para avanzar en mis metas de vida? ¿Qué decisiones y acciones concretas tomo hoy, desde dónde estoy?
Escribe todas las respuestas que tengas, pueden ser 4 o 5 acciones específicas, y haz un compromiso contigo mismo/a de llevarlas a cabo, e incluso dar un diez por ciento más de ti para realizarlas. Marca en tu agenda, en qué momento del día lo harás para afirmar en tu mente esa decisión. No esperes el ¨momento ideal¨, ni el ¨lugar perfecto¨ o las personas ¨correctas¨. Haz hoy, actúa ahora lo que quieres crear, eso fortalecerá tu confianza.