Tanto la alimentación como la dieta zen en sí, tiene un objetivo principal: proporcionar diferentes y diversas alternativas para despojarse así de las malas costumbres y hábitos adquiridos. La comida zen o alimentación consciente es un método que cada vez cosecha más seguidores. Este concepto proviene del budismo zen, que concibe la cocina como “kaisek”, término que hace referencia a la forma de conseguir la armonía y la moderación, que necesitamos en estos tiempos contaminados.
Guardar silencio a la hora de comer permite concentrarse en cada bocado. En este sentido, observar, sentir, separar los sabores, tragar, y conocer las cantidades exactas de lo que se ingiere son algunas de las ventajas de esta maravillosa técnica.
Puede ser considerada como una terapia espiritual y física, aunque lo más importante es que consiste en una terapia sana y saludable que nos ayuda a recobrar la salud. Nos ayuda a su vez a mantener en equilibrio el cuerpo y la mente, y detrás de cada comida descubriremos que existe un “ritual” culinario que nos ayudará a mantener el citado equilibrio.
La dieta zen se basa en incorporar un estilo de vida saludable, para recuperar el equilibrio físico y emocional a través de la comida. La dieta influye en tu estado de ánimo porque genera cambios en la química cerebral.
De acuerdo con la Asociación Americana de Psicología, el enojo es un sentimiento que puede manifestarse desde una leve molestia hasta furia e ira intensa. Bajo este ánimo, la frecuencia cardiaca y presión arterial aumentan. El sistema inmunológico se ve mermado y en consecuencia podríamos enfermar.
En este sentido, George Ohsawa fundador de la alimentación macrobiótica (basada en el principio de equilibrio del Yin y el Yang), comparte 5 alimentos que apoyarán nuestro buen humor:
- Aceite de sésamo. Cuando estás de mal humor, la acidez en la sangre y el estómago se elevan. De ahí que el gomasio, contenido en el aceite se sésamo, sea un condimento natural que ayuda a neutralizar el exceso de ácido en el organismo.
- Espinacas. Son una fuente rica de magnesio, mineral que favorece al buen ánimo porque interviene en la producción de dopamina y serotonina, hormonas encargadas de generar bienestar emocional, felicidad y placer.
- Salmón.Tiene un efecto positivo en el estado de ánimo por su contenido de ácido valproico. Esta sustancia se emplea para tratar manías, episodios de ánimo anormalmente excitado o frenético, señalan algunos profesionales.
- Algas marinas.La iodinaque aportan las algas marinas son nutrientes necesarios para el organismo. Además de regular el funcionamiento de la tiroides, su ausencia provoca depresión, ira y cansancio.
- Tomates.El licopeno, que le da el color rojo, te ayuda a no enojarte porque previene la inflamación de tu cuerpo e inhibe sustancias como la interleuquina-6, asociada con la ira. Además, tienen ácido fólico, vitamina B6y magnesio, nutrientes que elevan tu estado de ánimo, ya que regulan la producción de serotonina, dopamina y norepinefrina.
La alimentación zen propone cambiar la forma en que nos alimentamos y volver a lo natural. Evitar el consumo de todas las comidas procesadas, azúcar, harinas y otras, porque alteran el estado de ánimo, favorecen la aparición de diversas enfermedades y roban la energía.
George Ohsawa señala que a través de la comida natural, una persona se mantiene con buena salud, sin miedo, alejado de la ira. Así estará más feliz y entusiasta.
Asimismo, seguir estos consejos – Mandamientos Zen – puede llevarnos a mejorar nuestra calidad de vida, sintiéndonos más livianos y fuertes, pero antes siempre recuerda consultar a tu médico sobre las consecuencias que estos hábitos pueden tener en tu salud.
- Comer sólo cuando se tenga hambre y beber sólo cuando se tenga sed.
- No beber durante las comidas, los líquidos (en la menor cantidad posible) deben beberse después de las comidas, así no diluyen el jugo gástrico y entorpecen la digestión.
- Evitar los alimentos contaminados como colorantes, conservantes, edulcorantes o aquellos que tienen insecticidas. Estos aditivos se encuentran en fiambres, embutidos, conservas, gaseosas, aderezos y enlatados.
- Consumir alimentos siempre frescos: frutas y vegetales de estación. Siempre debes recordar la estación en la que están disponibles cada uno para evitar ingerir alimentos madurados artificialmente.
- No ingerir alimentos ni demasiados fríos ni demasiados calientes, eso provoca mala digestión.
- Hacer las 4 comidas diarias, el índice más claro de una alimentación correcta está en no sentir hambre de 4 a 8 horas después de cada comida.
- Cenar liviano. Con antelación suficiente a la hora de dormir.
- Caminar después de comer, eso ayuda a la digestión, sobre todo en la noche.
- Masticar lenta y cuidadosamente cada bocado es el primer paso para lograr una buena digestión.
- Evitar los nervios y el estrés a la hora de las comidas, sólo concentrarse en los alimentos y disfrutarlos.
La filosofía zen parte de la base principal de que nos encontramos viviendo en un mundo ciertamente contaminado, y diariamente lo hacemos estresados en un estado permanente, en el que necesitamos unas pautas alimentarias determinadas para poder mantener, o recobrar, el buen estado de salud y de bienestar.