Haz de tu alma un diamante, a cada golpe una faceta más, para que un día sea toda luminosa– Robnell G Rivera
En una pasada entrega les hablé de las heridas del alma y la importancia de sanarlas para construir nuestro bienestar. Ahora les comparto unas prácticas recomendaciones para lograrlo.
1 – Reconoce tu dolor emocional
En primer lugar es necesario que prestemos atención a nuestro dolor emocional. En ocasiones está bien hacerse el duro, pero no es lo mejor ni lo correcto. Lo ideal es reconocer que nos sentimos mal y que busquemos la manera de calmar la pena que nos aflige. Algunas heridas serán pequeñas y sanarán por sí solas, sin mayor esfuerzo, mientras que otras requieren mayor atención. ¿Cómo las sanamos? Eso dependerá de qué tan profunda sea, a veces con solo hablar con un buen amigo es suficiente, pero habrá otras que requerirán más, lo más probable es que requieran de apoyo profesional.
2 – Mírate con compasión
No es momento para hacerte reproches ni prestarle mayor atención a tus defectos. Todo lo contrario; a pesar de lo mal que puedas sentirte, trátate con compasión, mírate con afecto porque así lograrás superar con mayor rapidez el mal momento que vives.
3 – Dile no a los pensamientos negativos
Nuestra mente puede llegar a ser como una vaca, ¿por qué lo digo? Porque puede rumiar. Volvemos una y otra vez a los mismos pensamientos, y si se trata de pensamientos negativos no será nada sano, por el contrario, terminarás agotado. Mi recomendación para evitar esta situación es mantenernos productivamente ocupados: leyendo, llenando un crucigrama, bailando, trotando mientras escuchas tu música favorita.
4 – Trata de conseguirle un significado a lo desagradable que te ocurre
No es fácil, pero tampoco imposible. Por lo general tiene que pasar mucho tiempo para mirar al pasado y darnos cuenta de que esa situación que vivimos nos dejó un aprendizaje y era hasta necesaria, pero yo los invito a que hagan el ejercicio de tomar distancia de lo malo que les pasa ahora, de esa herida del alma que tanto les duele para tratar de encontrarle un significado. Las pérdidas, las rupturas, el dolor son parte de la existencia, el punto está en cómo las asumimos.
5 – Busca el mejor tratamiento para ti
Si revisas tus heridas pasadas y la manera cómo las afrontaste tendrás una idea de qué te funciona mejor. Existen diversas formas de superar situaciones difíciles, lo que siempre debemos tener en cuenta es que cada una es distinta, y como nosotros vamos cambiando con el paso del tiempo, tal vez en la actualidad reaccionemos diferente ante una situación vivida en el pasado, como una ruptura amorosa por mencionarles un ejemplo. Busca apoyo en personas cercanas, tu familia, tus amigos, tu pareja, o incluso a un nivel profesional con un psicólogo. Lo importante es superarlo. Eso sí, recuerden que reprimir el dolor está descartado.