Todos los seres humanos en esencia somos amor, creados a imagen y semejanza de Dios, ó si lo prefieres de un ser superior. Tenemos la necesidad innata de amar y ser amados. Cuando nacemos, entramos en el mundo, con una expectativa pura del amor incondicional.
Lamentablemente, esta expectativa no es en muchos casos lo que experimentamos. Temprano en la vida, descubrimos que el amor que nos brindan incluso nuestros padres o representantes, está condicionado. Se levantan barreras o se utiliza el amor como una recompensa. Tal comportamiento nos lleva a creer que para recibir amor, tenemos que actuar de una cierta manera. Igualmente importante, resulta cuando tenemos experiencias donde no recibimos amor, y empezamos a cuestionar si somos realmente dignos de él.
Con el transcurrir del tiempo, y debido a este tipo de experiencia, que en ocasiones se repiten en distintos ámbitos de nuestra vida; muchas personas empiezan a creer que hay algo defectuoso en ellos y empiezan a juzgarse y a sentirse incompletos.
Dependencia de otros
Creer que nuestra felicidad depende de otros, es el peor error que podemos cometer. Esa responsabilidad es exclusivamente nuestra. Hacer recaer nuestra felicidad, nuestra paz o nuestro bienestar en nuestra pareja, es un asunto injusto, ya que no merece, ni puede cargar con esa responsabilidad; y lo más grave, es que crea comportamientos absolutamente dañinos, que en ocasiones generan conductas destructivas hacia nosotros mismos, como lo son: los celos, la inseguridad sobre nuestra valía personal, la necesidad de buscar aprobación, y la ansiedad exacerbada por tratar de complacer a la pareja, para obtener su aceptación. Miedos a quedarse solo, profundas tristezas y depresión entre otros.
La raíz del amor, nuestra propia autoestima
El problema es que buscamos fuera de nosotros, el amor y la aprobación. No nos damos cuenta que nuestras relaciones de pareja y sociales reflejan exactamente, cómo copia al carbón, lo que pensamos y sentimos sobre nosotros mismos, en nuestro interior; son un espejo de ello.
Para cumplir con nuestras necesidades insatisfechas de amor, debemos aprender a estimarnos a nosotros mismos y elevar nuestra autoestima. Para encontrar el amor verdadero, el punto de inicio, sin lugar a dudas es mirar hacia adentro y reclamar nuestro amor propio. Cómo pretender que te amen, te respeten y te valoren, si no te amas a ti mismo. Es realmente imposible.
Con estos tips combatirás los obstáculos más importantes hacia tu verdadero amor de pareja y tu bienestar general:
Amate a ti mismo exactamente como eres. Amar y abrazar a tu ser auténtico, atraerá a gente que te quiere por quien eres. Repítete a ti mismo, cuantas veces sea necesario:»Me amo y me acepto tal como soy”. Asimismo, dedica tiempo a detenerte y conocerte, para que trabajes las áreas en ti, que te impiden ser feliz y conviértete en la mejor versión de ti mismo.
Acepta tus debilidades y tus fantasmas. Cada persona tiene fortalezas y debilidades. No utilices estas últimas contra ti, por el contrario, acéptalas y trabaja sobre ellas sin perder tu identidad.
Deja atrás el pasado. Libérate de cargas y deja de sentirte indigno. Mereces ser feliz y ser amado a plenitud. Todos lo merecemos. Limpia tus heridas del pasado, acéptalas y déjalas ir. Ya paso. Aprende lo que tengas que aprender de ellas y sigue tu camino.
Abrázate a ti mismo. Toma unos pocos minutos diarios en el espejo y abraza al individuo hermoso y maravilloso que eres.
Sé generoso contigo mismo. Puedes expresar amor a ti mismo a través de un suave masaje con aceites calientes, una buena comida o un paseo al aire libre. La propia naturaleza es una verdadera expresión de amor incondicional. Consiéntete, date un gusto cada vez que puedas, aunque sea un pequeñísimo detalle que te haga feliz.
Deja de buscar a la persona perfecta. No existe. Existe la persona indicada para compartir nuestra individualidad y llegar más lejos. Entendiendo que somos seres completos.
Enfócate en dar el primer paso hacia tu felicidad integral. Aumenta tu autoestima, y desde allí obtendrás el bienestar que te mereces en todas las áreas de tu vida.