Los padres podemos enseñar a nuestros hijos a desarrollar su inteligencia emocional y a canalizar sus emociones. Es importante que aprendan a controlarse y a ser empáticos con los demás. La educación emocional, es parte vital de la formación del niño.
Los niños que controlan sus emociones son más felices y se adaptan mejor a su entorno. El conocimiento, comprensión y control de las emociones son elementales para que nuestros hijos, gocen de una vida armónica y plena.
Estrategias para desarrollar la inteligencia emocional
1. Controlar su ira
Es sumamente importante establecer límites, hay bebés que golpean a sus padres o hermanos, o gritan enfurecidos cuando no se les complace, y a sus progenitores les parece una gracia. Es importante establecer límites a nuestros hijos, desde que nacen. Asimismo, debemos hablarles continuamente y en cada momento, los niños entienden mucho más de lo que expresan, de ahí la necesidad de razonarles y de controlar esos ataques de rabia.
2. Enseñarle a reconocer las emociones básicas
Entre los dos años y medio, y tres años de edad, es recomendable iniciar a los niños en el campo del reconocimiento de emociones, es cuando ellos empiezan a interactuar con los adultos y otros niños de modo más abierto. Podemos introducirlos en las emociones básicas: alegría, tristeza, miedo y rabia. Una forma de hacerlo es utilizando fotografías de rostros, o dibujos, preguntándoles: ¿Qué le pasa a este niño? ¿Está triste? ¿Por qué crees tú que está triste?.Es una manera de aprender a reconocer no sólo sus emociones poco a poco, sino también las de los demás, y sobre todo, su empatía.
3. Instruirlo acerca del nombre preciso de cada emoción.
A partir de los 5 años, es una excelente oportunidad para que los niños aprendan a dar nombre a sus emociones, de modo habitual: estoy bravo o molesto porque no me has llevado al parque, estoy contento porque mañana nos vamos de excursión, tengo miedo de que apagues la luz porque me siento solo.
4. Adiestrarlo acerca de los mecanismos sanos para afrontar sus emociones.
Es habitual que los niños en ocasiones se vean superados por las emociones, como por ejemplo, las rabietas que les hacen gritar o golpear cosas. Es necesario, que nosotros como padres no reforcemos esas situaciones, una vez haya terminado el ataque de rabia, podemos enseñarles que antes de gritar o pegar, es mejor expresar en voz alta qué les molesta, sin ofender. Pensar antes de hablar y respirar lentamente. Que aprendan a expresar sus sentimientos de manera asertiva desde bien pequeños.
5. Proporcionarle lecciones de empatía
Para desarrollar una dimensión tan importante como esta, es necesario razonar con ellos continuamente mediante preguntas. ¿Cómo crees que se siente tu maestra después de lo que le has dicho?.¿Por qué crees que está llorando tu hermana?¿Crees que papá está contento hoy?
6. Desarrollar su manera de expresarse, trabajar su forma de comunicarse
Hablar con los niños, hacerles preguntas, razonar y jugar, son actividades imprescindibles en su educación. Debemos favorecer continuamente el que puedan expresarse, poner en voz alta su opinión y sus sentimientos. Que aprendan a dialogar.
7. Cultivarle el arte de escuchar
Indispensable. Desde muy pequeños deben saber guardar silencio mientras los demás hablan, y sobre todo escuchar. Es recomendable hablarles despacio, frente a frente y terminando las frases con un ¿Entendiste?, ¿Estás de acuerdo con lo que he dicho?.