La frustración es la típica respuesta emocional que manifestamos cuando se produce el fracaso de un deseo o esperanza, es decir, consiste en un sentimiento negativo vinculado con las expectativas insatisfechas por no haber podido conseguir lo que se buscaba o deseaba.
Es un sentimiento difícil de sobrellevar y aparece como reacción natural a nuestras expectativas no alcanzadas.
1. Descubre y toma en consideración los desencadenantes de tu frustración y evítalos, siempre que sea posible. Utiliza las técnicas apropiadas para escoger una respuesta emocional distinta.
2. Controla las expectativas de tu mundo. Si esperas que las cosas sucedan sin problemas, y de manera perfecta, sin esforzarte y sin contratiempos, entonces será muy probable que te frustres y decepciones con mucha frecuencia.
3. Confía en tu potencial. Reconoce tus habilidades y cultívalas para llegar aún más lejos.
4. Conoce y acepta tus limitaciones. Si bien es vital reconocer nuestras cualidades, fortalezas y virtudes. También lo es, aceptar nuestras limitaciones y debilidades.
5. Controla lo que esperas de los demás. Los demás podrían originar conductas frustrantes en ti, porque los seres humanos pueden ser extraordinarios e increíbles, pero también pueden ser irracionales, egocéntricos, injustos e inconstantes. Eso puede ser demasiado frustrante. Siempre tienes la opción de controlar tus propias reacciones, pero nunca el comportamiento de los demás. Cada cabeza es un mundo y no puedes esperar que todas las personas piensen y actúen como tú.
6. No te tomes nada personalmente. Recuerda el famoso best seller “Los cuatro acuerdos”, del escritor mexicano Miguel Ruiz, que propone cuatros acuerdos básicos, de entendimiento universal, que tienen sus raíces en la antigua sabiduría tolteca, siendo el segundo de ellos, “no te tomes nada personal”. Suceda lo que suceda a tu alrededor, no te tomes nada personalmente. Hagan lo que hagan los demás, no lo hacen por ti: lo hacen por ellos mismos. Digan lo que digan, no se trata de lo que tú eres, sino de lo que ellos son.
7. Ajusta tu estrategia. Las personas que gozan de inteligencia emocional consideran que toda caída es una oportunidad de descubrir qué salió mal y reajustar su estrategia. Son prácticas, conservan lo que les sirve, desechan lo que no, y consiguen así tener una estrategia de crecimiento cada vez más efectiva.
8. Medita, practica la respiración consciente o el mindfulness. Meditar no sólo te permite serenarte, sino también ingresar a un estado de autoconciencia que te ayuda a desarrollar un mayor conocimiento interior y un mejor control de tus emociones. La respiración consciente y concentrada te calma, te relaja y puede ayudarte a evitar una acción impetuosa o impulsiva. Antes de reaccionar con ira o frustración, haz una pausa y respira profundo. Repite hasta que te sientas en paz. El mindfulness o atención plena, es una técnica que te permite estar en el aquí y en el ahora. Viviendo el momento presente, que en definitiva es el único momento que tenemos y en el que podemos actuar.
“La frustración es un estado emocional interesante, porque tiende a sacar lo peor de quien está frustrado”- Daniel Handler