Conocido en inglés – mobbing – es la acción de un hostigador u hostigadores que produce miedo, terror, desprecio o desánimo en el trabajador afectado hacia su trabajo. También se describe como el efecto o la enfermedad que produce en el trabajador.
Es una forma de violencia psicológica empleando actos hostiles dentro o fuera del trabajo por parte de grupos sociales externos, por los compañeros «acoso horizontal», por los subalternos o de sus superiores que es también llamado bossing, del inglés boss, jefe.
El mobbing se produce de forma sistemática y recurrente durante un tiempo prolongado, a lo largo de semanas, meses e incluso años. La incidencia del acoso laboral se calcula que se encuentra entre el 10 y el 15 % del total de los trabajadores en activo.
Lo que pretende el agresor es a través del hostigamiento, la intimidación o perturbación es que la víctima o victimas abandonen el trabajo, por ser para el agresor o agresores una molestia o amenaza para sus intereses personales debido a su ambición de poder, de riquezas, posición social, mantenimiento del estatus, etc.
El mobbing puede desembocar en enfermedad por los innumerables malestares que puede generar a nivel psicológico y físico.
¿Cómo saber si eres víctima de acoso laboral?
- Gritar, avasallar o insultar a la víctima cuando está sola o en presencia de otras personas.
- Asignarle objetivos o proyectos con plazos que se saben inalcanzables o imposibles de cumplir, y tareas que son manifiestamente inacabables en ese tiempo.
- Sobrecargar selectivamente a la víctima con mucho trabajo.
- Amenazar de manera continuada a la víctima o coaccionarla.
- Quitarle áreas de responsabilidad clave, ofreciéndole a cambio tareas rutinarias, sin interés o incluso ningún trabajo que realizar «hasta que se aburra y se vaya».
- Modificar las atribuciones o responsabilidades de un puesto de trabajo, sin decir nada al trabajador
- Tratarle de una manera diferente o discriminatoria, usar medidas exclusivas contra él, con vistas a estigmatizarlo ante otros compañeros o jefes.
- Ignorarle o excluirlo, hablando sólo a una tercera persona presente, simulando su no existencia «como si fuese invisible».
- Retener información crucial para su trabajo o manipularla para inducirle a error en su desempeño laboral, y acusarle después de negligencia o faltas profesionales.
- Difamar a la víctima, extendiendo por la empresa u organización rumores maliciosos o calumniosos que menoscaban su reputación, su imagen o su profesionalidad.
- Infravalorar o no valorar en absoluto el esfuerzo realizado por la víctima, negándose a evaluar periódicamente su trabajo.
- Bloquear el desarrollo o la carrera profesional, limitando retrasando o entorpeciendo el acceso a promociones, cursos o seminarios de capacitación.
- Ignorar los éxitos profesionales o atribuirlos maliciosamente a otras personas o a elementos ajenos a él.
- Criticar continuamente su trabajo, sus ideas, sus propuestas, sus soluciones, etc.
- Monitorear o controlar malintencionadamente su trabajo con vistas a atacarle o a encontrarle faltas o formas de acusarle de algo.
- Bloquear administrativamente a la persona, no dándole traslado, extraviando, retrasando, alterando o manipulando documentos o resoluciones que le afectan.
- Ridiculizar su trabajo, sus ideas o los resultados obtenidos ante los demás trabajadores.
- Invadir la privacidad del acosado interviniendo su correo, su teléfono, revisando sus documentos, armarios, cajones, etc.
- Robar, destruir o sustraer elementos clave para su trabajo.
- Atacar sus convicciones personales, ideología o religión.
Es muy importante denunciar, buscar asesoría legal, resguardarse y buscar ayuda psicológica por sus graves consecuencias emocionales, laborales y sociales.