Según los autores McCullough, Kilpatrick, Emmons y Larson, la gratitud es una sensación profunda de maravilla, agradecimiento y aprecio por la vida. Puede ser expresado a otros, como también a lo impersonal (la naturaleza), o a fuentes no humanas la divinidad, el Universo, El cosmos, animales. El diccionario la define como el “Acto de estimar las cualidades de las cosas de acuerdo a su valor real – Conciencia sentida de disfrutar de algo”.
La gratitud es una actitud interior que podemos sentir, quizá una emoción, y cuanto más la practicamos, más poderosa se siente. Pensar o decir gracias, varias veces al día, hace que ese estado sea cada vez más intenso, que podamos simplemente agradecer por despertarnos en la mañana y poner los pies descalzos sobre el suelo, agradecer cosas simples. Y no sólo agradecer lo lindo, lo que nos gusta, lo que esperábamos, sino agradecerlo todo, porque la gratitud transforma de adentro hacia afuera, incluso cuando algo nos molesta o sentimos dolor. Sí, aunque a veces cueste y la queja se asome.
Agradecer lo que hay, sea lo que sea, nos conduce a la aceptación. Cuando agradecemos, no pensamos “Gracias, pero esto debería ser distinto o, debería estar sucediendo otra cosa”, la gratitud es apreciar la vida como es. Quizá aprendimos a dar gracias cuando vemos materializado nuestro deseo, meta o sueño; sin embargo, sé que podemos agradecer por anticipado, y crear en nuestro mundo interno ese estado que parece que hallamos cuando el mundo externo se ajusta.
Si dejamos que el pensamiento se fije en lo que no tenemos, en que algo falta, entonces difícilmente sentiremos que tenemos suficiente. Y desde la carencia ¿quién puede experimentar una vida abundante?
Al enfocarnos en apreciar y agradecer lo que tenemos, tendremos más. Las emociones positivas pueden ser la llave para un funcionamiento óptimo, ya que se ha demostrado que mejoran la salud y aumentan la longevidad, incrementan la flexibilidad cognitiva y la creatividad, facilitan la resolución de problemas de maneras nuevas y promueven la generosidad, el servicio y la cooperación. Entonces la gratitud es un ingrediente de la felicidad. Así estamos activando la energía de la abundancia, porque cuando la Gratitud llega, la duda se va y la confianza crece.
Ahora, alzo mi vista y veo el anochecer en la ciudad, el paisaje vestido con las luces encendidas de los edificios y de las calles. Este instante no volverá a repetirse. Este es el regalo que la vida me ofrece ahora.