Engañar, supone falta de veracidad en lo que se dice y se hace, es dar a lo falso apariencia de veracidad. Por ello, este término lo asociamos con traición y mentira.
Dentro de las relaciones de parejas sentimentales, el engaño más habitual es el que oculta una infidelidad. De esta manera, el infiel mantiene encuentros sexuales con una tercera persona, mientras que su pareja oficial desconoce absolutamente la circunstancia.
La infidelidad es absolutamente dañina y destructiva para la relación de pareja. Existen unas personas que engañan una sola vez y se sienten arrepentidas de ello. Hay otras, que engañan a su pareja una y otra vez, hasta que las descubren e incluso hay una tercera categoría de personas, que son descubiertas y perdonadas, pero siguen engañando, porque son infieles por naturaleza.
Todos sabemos que existe el engaño, pero nunca estamos realmente preparados para ello. Siempre pensamos que eso sucede en otras relaciones de pareja, pero no en la nuestra. Es por ello, que en muchas ocasiones no nos damos cuenta y en otras, nos engañamos a nosotros mismos.
En efecto, el autoengaño es cerrar los ojos a la realidad, y se presenta en cuatro versiones: 1. Estamos convencidos de que a “nosotros” es imposible que nos suceda eso, aun cuando los hechos parecen indicar, que si nos están engañando. 2. Estamos convencidos que nos engañan; pero, decidimos pensar que es algo sin importancia, pasajero y que no volverá a ocurrir, ignorando de esta manera la infidelidad ó 3. Aceptamos las infidelidades por tener miedo de quedarnos solos y pensamos que realmente nos aman a nosotros y la tercera persona es solo un pasatiempo.
«Puedes engañar a todo el mundo algún tiempo. Puedes engañar a algunos todo el tiempo. Pero no puedes engañar a todo el mundo. Todo el tiempo». Abraham Lincoln”.
Para hacer frente al engaño, las recomendaciones son: 1.Calmarse y dejar la desesperación de un lado, ya que se iniciará un proceso en el cual habrá un paso de la rabia a la culpa, de la negación a la aceptación, de la agresión a la tristeza. 2. Buscar la mayor información posible, utilizando la intuición y la razón. 3. Revisar el día a día de la relación y preguntarnos, cuál fue la posible causa, cómo sucedió y en qué circunstancias; si se trata de problemas de comunicación, insatisfacción sexual, falta de amor, rutina en la relación o cualquier otra causa. 4. Confrontar a la pareja de manera asertiva, sin odios y rencores. 5. Tomar una decisión.
Recuperarse del engaño es todo un desafío, porque la confianza se rompe. Sin embargo; algunos matrimonios lo superan, y crecen a partir de la experiencia. Esto no quiere decir que la infidelidad sea buena para las relaciones, pues no lo es. La infidelidad es muy destructiva, porque los vínculos de confianza se rompen y lleva tiempo y trabajo volver a restablecerla.
En caso de que decidas perdonar a tu pareja, considerando entre otros aspectos, que todos nos equivocamos y que en algunos casos, puede haber operado una transformación interna en ella, ante la posibilidad cierta de perderte. Entonces, perdona; pero, activa tus alarmas personales para que no vuelvas a ser objeto de una infidelidad.
«La primera vez que me engañes, será culpa tuya; la segunda vez, la culpa será mía”