Las rabietas o berrinches integran el desarrollo emocional de los niños. Es frecuente que los niños entre 1 y 5 años de edad utilicen este tipo de conducta para exteriorizar su frustración, enojo, miedo, ansiedad, angustia o como respuesta por no poder conseguir lo que desean.
Es vital el comportamiento de los padres o representantes, ya que en atención al manejo de la situación, pueden promover comportamientos desafiantes, impropios, agresivos o, por el contrario, estimular su autoestima y un adecuado manejo de sus emociones.
Los niños pequeños desconocen cómo expresar apropiadamente sus emociones; les cuesta mucho pensar antes de actuar, y prever las consecuencias de su conducta. Las reacciones típicas cuando hacen una rabieta son gritar, llorar, patear, tirarse al suelo o incluso darse golpes a sí mismo.
Algunos especialistas en la materia, consideran que las rabietas responden en un alto porcentaje a las actitudes de los padres durante el proceso de educación y formación. Incluso, en muchos casos ellos estimulan “sin querer” las rabietas infantiles.
En atención a su edad y capacidad individual, enseñarles a responsabilizarse por sus actos, el valor del compromiso, el respeto a su entorno afectivo y social, y a manejar sus emociones, es realmente determinante para su posterior desarrollo como adultos sanos, equilibrados y felices. Los niños que aprovechan las rabietas y berrinches para obtener lo que desean, asimilan y creen que todo en la vida lo pueden obtener de esa manera, creando así mucha infelicidad para ellos y para aquellos que los rodean. Utilizan sus “explosiones” para imponerse.
Algunas causas de las rabietas o berrinches:
- Falta de comprensión acerca de lo que desea expresar.
- Fatiga, cansancio y sobre estimulación.
- Cambios en la rutina.
- Dificultad para expresar lo que siente o necesita con palabras.
- Falta o exceso de atención.
- Obtiene lo que quiere utilizando este mecanismo.
- No quiere cumplir con sus obligaciones.
- No acepta un horario para dormir, alimento o rutina de higiene personal.
- Está cansado o aburrido y desea cambiar de lugar o actividad.
- Siente frustración al no lograr un objetivo.
- Aprendizaje de modelos de conducta en el hogar. Observa cómo se tratan sus padres o cómo actúan y repite lo que percibe.
Errores más comunes que cometen los padres
- No permiten que otras personas corrijan o llamen la
atención a sus niños.
Imposibilitar a otras personas, llámense familiares, amigos, maestros, instructores o dependientes de llamar la atención a los niños por un comportamiento inadecuado, constituye un grave error. Los niños asumirán que pueden hacer lo que deseen e incluso causar daños, sin sentir responsabilidad, desconociendo las autoridades distintas a sus padres.
- Justifican sus arrebatos.
Con el argumento de que se trata de conductas propias de los niños, expresan “así son”. Esto robustecerá su mala conducta, pues entenderán que con el berrinche lograrán sus objetivos.
- Manifiestan temor a sus reacciones.
Los complacen en todos sus pedidos para evitar sus reacciones, como llantos fuera de control, gritos, lanzamiento de objetos, etc. Pretenden evitar el berrinche a costa de un aprendizaje dañino, que hace que el niño se sienta en control de la situación. Debe aprender que no siempre se puede obtener lo que se quiere.
- Utilizan recursos expeditos de manera desmedida.
Se sienten obligados a entretenerlos permanentemente e incluso lo inscriben en múltiples clases extracurriculares para mantenerlos ocupados, no se aburran y además no molesten. Impiden que el niño aprenda a desarrollar actitudes, como aprender a desear las cosas, esforzarse por ellas y descubrir su propia imaginación y creatividad para entretenerse.
Si bien, hay que demostrarles un profundo amor, ofrecerles atención de calidad, y proporcionarles herramientas para el aprendizaje de diversas tareas y actividades recreativas. No es el único miembro de la familia que tiene necesidades y deseos.
Si está fastidiado, fíjale una tarea: leer, jugar, alimentar a su mascota, recoger sus juguetes etc.
¿Qué hacer?
- Sé paciente y mantén la calma.
- Enfoca su atención en otra actividad o coméntale sobre algo diferente, si el berrinche apenas inicia.
- Permite que llore o se exprese a su manera hasta que pase el berrinche en lugar de pedirle que te explique.
- Déjale que grite y llore en un lugar seguro, se cansará y se calmará.
- Muévelo a un lugar donde puedas acompañarlo si ves que hay riesgo de que se lastime o dañe a alguien.
Quédate cerca de él hasta que el berrinche pase.
- Ayúdalo a reconocer sus sentimientos y emociones. Hazle ver sus consecuencias en positivo y negativo.
- No le des premios para detener los berrinches.
- Si crees que estás a punto de perder el control y el niño está seguro, dile que lo dejarás por un momento y que regresarás pronto para ver como está.
- No lo expongas a situaciones en las que se sienta frustrado, como realizar juegos o actividades muy complicadas para su edad.
- Trata de conciliar y negociar, en algunos puntos.
- Mantén una rutina diaria y promueve hábitos saludables de descanso, alimentación, cumplimiento de obligaciones escolares y tiempo de recreación, para evitar el stress que podría generarle los cambios constantes.
- Estimúlalo para que desarrolle sus habilidadeso talentos.
- Establece límites razonables, no le pidas más de lo que pueda dar y no esperes que se comporte a la perfección.
Sé un buen ejemplo. Evita gritar, discutir o comportarte de manera violenta o agresiva, especialmente en su presencia.