En estos días donde todos los compromisos se juntan, he sentido un torbellino que me abruma. Me encuentro sumergida dentro de una larga e interminable lista de cosas por hacer o, como la llaman los americanos el “To Do List”, y es que tenemos una adiccion al hacer, un culto al estar “ocupados” porque pareciéramos en apariencias más productivos.
En momentos todos hemos llegado a sentirnos tan agobiados con las exigencias de este mundo de hoy que cuando nos permitimos un descanso muchas veces nos sentimos culpables. En estos días leyendo una página llamada “Modo Mama” reflexioné en el mensaje principal del post puesto en la misma. Allí dice que muchas veces confundimos una persona fuerte, todo terreno o 4×4 con la que no tiene permitido rendirse, así su cuerpo y su agenda no den para más.
Y así andamos por la vida, como liebres corriendo, perdidas en los “tengo”: “tengo que lograr esta meta”, “tengo que tener un título”… y nos vamos olvidando con todo esto de la parte importante de disfrutar del camino que lleva a alcanzar esos logros. Tenemos la tendencia de ir por la vida en piloto automático, nos dejamos arrastrar por todo lo que la rutina conlleva. Esto desencadena en estrés que hace difícil el relajarnos, y en consecuencia no nos damos los espacios necesarios para descansar y poder desenvolvernos con la claridad que las pausas nos brindan.
Es por esto que te propongo que consideres estos consejos cuando te veas en la tentación de dejarte atropellar por todo lo que tienes que hacer y empezar a no culparte por querer detenerte de vez en cuando.
Prioridad: Pon en orden de importancia esa lista de lo que tienes que hacer. Si es algo creativo o de trabajo pero estás cansado… ¿cuál crees que debería ser la prioridad? ¿Qué te permites primero cuando sucede esto? Muchas veces en mi práctica de coaching he oído a clientes decirme que prefieren tomar una pausa y luego continuar con lo que deben hacer. En todo caso aquí la prioridad inequívocamente es una: TU.
Decir NO: Uno de los problemas que tenemos casi todos los seres humanos es decir SI cuando en realidad queremos decir NO. Esto hace que tómemos compromisos que nos hacen sentir sobrecargados y de mal humor. Así que la próxima vez piensa bien lo que en realidad quieres decir y a lo que estas dispuesto a comprometerte.
Distracción: Sal con tus seres queridos, familiares, amigos. Ríete con ellos porque esto indiscutiblemente es un requísito para llevar una vida placentera.
Practica “el no hacer nada”: Aunque te suene raro, no hay nada que beneficie mas que el arte de no hacer nada. Si bien es cierto que nuestras responsabilidades diarias son importantes, el exceso de ellas nos llevan al estrés, la ansiedad y ¿quién puede vivir sanamente padeciendo de estos dos males? Una manera en la que podemos ensayar este “arte” es meditando o practicando mindfulness.
Toma tiempo e intervalos en tu día para ti: Hazlo como practica diaria, al menos date el lujo de respirar conscientemente por cinco minutos. Esta comprobado que en grandes compañías como Google, Microsoft y Coca-Cola que el tiempo libre que estas les dan a sus empleados les permite que ellos tengan altos niveles de energía y productividad.
El ocio es tan necesario y olvidado en nuestros días. A nuestros hijos los atiborramos con actividades extra-curriculares y cuando esto pasa nos sentimos héroes porque ni ellos ni nosotros paramos un segundo. Cuando esto suceda y la vida se nos empiece a ir rápidamente de las manos, acordemos dejar la adiccion al hacer y concentremos nuestra atención en el SER. Es allí donde inequívocamente podremos encontrar paz, porque al final no recordaremos las cosas que teníamos que hacer de esa famosa lista sino cuales de esas, fueron las que merecieron la pena vivir.