La autoestima juega un papel determinante en la formación personal de los niños. Nos atrevemos a afirmar que de ella depende la construcción de su felicidad, dado que la misma se refleja en todos los ámbitos de la vida del ser humano: personal, laboral, familiar, social y de pareja.
Cuando un niño construye una sana autoestima se siente competente, seguro, y valioso. Entiende que es importante aprender, y no se siente disminuido cuando necesita pedir ayuda. Será responsable, se comunicará con fluidez, y se relacionará con los demás de una forma adecuada. Al contrario, el niño con una baja autoestima no confía en sus propias habilidades. Se sentirá inferior frente a otras personas y, por lo tanto, se comportará de una forma más tímida, más crítica y con escasa creatividad, lo que en algunos casos lo podrá conducir a desarrollar conductas agresivas, y a alejarse de sus compañeros y familiares.
Desde el nacimiento a la adolescencia, por su vulnerabilidad y flexibilidad, los niños deben encontrar seguridad y afecto en las personas que les rodean y los padres son un pilar elemental para trabajar y desarrollar la autoestima de sus hijos. El lado emocional de los niños jamás debe ser ignorado por los padres y profesores. Hay que estar atentos a sus cambios de humor y a sus altibajos emocionales.
Ahora bien, debemos partir de una realidad incuestionable, cada niño es único y si deseas construir y desarrollar una elevada autoestima en tu hijo, deberás tener en consideración sus características personales e individuales, tales como: carácter, temperamento, debilidades y fortalezas.
Tips generales para estimular el autoestima en los niños positivamente:
- Proporciónale amor incondicional. Mucho amor, abrazos, caricias, besos y no olvides decirle cuánto lo quieres. Cuando tengas que disciplinarlo, aclárale que es su “comportamiento” y no “él” lo que es inaceptable. Pon atención a lo que te dice y míralo a los ojos. Deja en evidencia con palabras y hechos lo importante que es para ti. Hazle críticas constructivas, nunca destructivas. Los insultos no favorecen en lo absoluto a la autoestima del niño.
- Promueve el desarrollo de responsabilidades. De una manera sencilla, clara y positiva, establece algunos compromisos y exige, en un ámbito de participación, su cumplimiento por parte del niño. Los niños pueden asumir responsabilidades acorde a su edad.
- Establece límites claros. Establece reglas coherentes y mantenlas. Es importante que sepa que algunas reglas no se pueden cambiar. Es indispensable crear un ambiente ordenado, con unos horarios fijos para que el niño tenga interiorizada una rutina que le proporcione, tranquilidad, confianza, bienestar y seguridad.
- Ofrécele apoyo permanente. Todos los niños necesitan apoyo de sus seres queridos. Es importante repetirle que creen en él y que lo animen a seguir adelante. Dar aliento significa reconocer el progreso, y no sólo premiar un logro. Refuerza las buenas conductas del niño. Celebra lo positivo.
- Permítele tomar decisiones, aprender de sus errores y resolver sus propios problemas. El niño debe sentir que un error puede convertirse en un aprendizaje y, que consecuentemente, podrá corregirlo si emplea un mayor esfuerzo.
- Fomenta riesgos saludables. Anima a tu hijo a que explore algo nuevo, como probar comida diferente, hacer un nuevo amigo o montar en bicicleta. Aunque siempre existe la posibilidad del fracaso, ya que sin riesgos no hay oportunidades para el éxito.
- Evita al máximo hacer comparaciones. Son potencialmente dañinas porque a tu hijo se le hará difícil alcanzar tu nivel de exigencia. Si le expresas y le evidencias que lo amas por ser como es, tendrá un mayor porcentaje de probabilidades de valorarse a sí mismo y de sentirse capaz de avanzar en la vida, aún ante la presencia de dificultades.
Si la conducta del niño muestra problemas marcados de inseguridad, falta de amor propio y confianza hacia sí mismo, lo aconsejable es recurrir a un psicólogo o terapeuta especializado en niños. Evita problemas mayores.