Con este primer artículo damos inicio a una serie de muchos otros, en los que compartiremos con los lectores de TuEstima, los orígenes de Biodanza, novedoso sistema que nos induce de manera integral al “Buen Vivir”, pasearemos por la fascinante vida de Rolando Toro, su creador, y comentaremos algunas informaciones teóricas sobre el sistema que, cada vez más, afinca su arraigo en la convulsionada sociedad del siglo XXI como una alternativa eficiente y eficaz para vivir a plenitud.
Biodanza surge a mediados del siglo XX y es producto entre muchos otros elementos del saber humano, de una maravillosa fusión del pensamiento antiguo y moderno, de ritos prehistóricos, de la biología, la métrica y los arquetipos que han inspirado a la humanidad desde tiempos inmemoriales, además de un muy variado torrente musical cuidadosamente seleccionado por expertos en semántica musical.
En esta primera entrega hablaremos de los beneficios de Biodanza.
Eleva la calidad de vida y mejora las relaciones con nosotros mismos, con los demás y con el ambiente.
Está demostrado que la práctica constante de Biodanza logra personas más sanas, más fuertes, más equilibradas; personas capaces de afrontar con entereza las vicisitudes de la vida.
-
- A nivel corporal, optimiza nuestra fluidez, flexibilidad, sensibilidad, tono muscular, coordinación y ritmo. Disuelve progresivamente las tensiones, disminuyendo el estrés y los dolores en general.
- A nivel emocional, produce efectos de armonía, aumentando el equilibrio psicológico; nos ayuda a integrar lo que pensamos, sentimos y hacemos en el aquí y ahora; promueve la superación de estados depresivos, de tensión y carencias emocionales; disminuye el parloteo mental; contribuye a la sana expresión de las emociones; conecta con el goce y el placer, provocando un efecto regenerador en todo el organismo y en la conciencia; mejora la comunicación y estimula el instinto lúdico, ya que permite dar rienda, desde nuestro adulto, a nuestro niño interior.
- A nivel existencial, nos rehabilita para vivir a través del cambio profundo y duradero de actitudes internas y creencias limitantes. Induce el desarrollo y la integración de los potenciales genéticos del ser humano: vitalidad, afectividad, creatividad, sexualidad y trascendencia; al sentirnos integrados (pensamiento, sentimiento y acción) adquirimos mayor confianza y seguridad en nosotros mismos, lo cual a su vez eleva la autoestima y promueve la auténtica comunicación.
- A nivel corporal, optimiza nuestra fluidez, flexibilidad, sensibilidad, tono muscular, coordinación y ritmo. Disuelve progresivamente las tensiones, disminuyendo el estrés y los dolores en general.
Biodanza se trabaja en grupo, pues nuestra identidad se expresa ante la presencia del semejante. Así, el participante puede reconocerse como ser sensible, capaz de construir relaciones sanas, nutritivas y trascendentes y de apartarse de relaciones tóxicas o dañinas.
A diferencia de otras técnicas corporales, el movimiento en Biodanza va más a allá de los movimientos mecánicos, aprendidos o estereotipados. En ella se rescata el movimiento pleno de sentido.
“A través de Biodanza se experimenta la existencia como un prodigioso programa de amor y belleza.”
Rolando Toro Araneda