Biodanza aborda la creatividad como la simple y profunda expresión que resulta del acto de vivir, como un impulso de innovación permanente frente a la realidad de las personas.
La creatividad es una función natural. No es indispensable ser artista para ser creativo. Existe una enraizada creencia que separa a las personas comunes de los artistas, esto sólo representa un triste prejuicio cultural, pues refuerza la trágica disociación del ser humano y su obra.
Nuestra obra magna es nuestra vida, la que moldeamos, componemos, esculpimos y pintamos cada día. La que acariciamos y valoramos.
Albert Einstein afirmaba que la creatividad es la inteligencia divirtiéndose. Y, ¿quién no quiere divertirse? Por su parte, Erich Neumann, psicólogo alemán, destacado discípulo de CG Jung, afirma que la característica esencial del individuo creador es la superabundancia. Es cierto, sin embargo, reflexionando sobre esta afirmación, creemos que esta riqueza interior, esta abundancia de potenciales profundos, existe en todas las personas. El artista se destaca sólo por tener el coraje de expresar sus potencialidades.
El artista es un individuo que tiene la necesidad y el coraje de fructificar. La vida es superabundancia de vida, riqueza gratuita, lujo. ¿Puede haber mayor lujo que el brillo de unos ojos que miran con amor? Así, la creatividad se puede apreciar y ejercer en una conversación, en una danza espontánea, haciendo el amor, en la celebración del desayuno, así como en las formas más altivas y majestuosas del arte universal.
Junto con las líneas de vitalidad, sexualidad, afectividad y trascendencia, la línea de la creatividad en el modelo teórico de Biodanza es una ramificación de las fuerzas biocósmicas que se expresan a través del individuo y sus potencialidades.
Crear tu propia existencia es elegir qué comer, con quién relacionarte, dónde vivir, qué decir y qué callar, qué ropa o accesorios usar. Eliges tu pareja, eliges dormir o activarte. Cada vez que eliges, estás creando.
El lujoso acto de preparar los alimentos o de elaborar una cantata, proviene de la misma fuente genética. La asertividad, la percepción selectiva, la libertad para inducir cambios, la fluidez, que son características propias del acto creador, son también atributos de los sistemas vivientes en general.
En las sesiones de Biodanza, los contenidos subjetivos de la música intensifican la emoción de la danza, el movimiento se traduce en auto creación. La música se “encarna” y el bailarín se convierte en danza, creándose a sí mismo en movimiento aquí y ahora. Esto, inevitablemente, fortalecerá nuestra línea de creatividad.
Concluyo este artículo con un pasaje del poema “Vida”, de Charles Chaplin.
“(…)
No paso por la vida… y tú tampoco deberías pasar…
¡Vive!
Bueno es ir a la lucha con determinación, abrazar la vida y vivir con pasión,
perder con clase y vencer con osadía, porque el mundo pertenece a quien se atreve.
Y… LA VIDA ES MUCHO… ¡para ser insignificante!”