¿Cómo abordarlos exitosamente?
Si hay algo que tenemos seguro -en esta convulsionada época que nos tocó vivir- es que van a haber cambios. Al mismo tiempo, algo que nos asusta e incómoda son precisamente esos cambios. El enfrentarnos a la posibilidad o la realidad de mudarnos de vivienda, trabajo, dejar a una pareja o irnos del país puede paralizarnos, despertar en nosotros las emociones más profundas y dormidas de miedo.
¿Qué haces cuando enfrentas cambios de vida?
¿Lo miras con optimismo o con pesimismo?
¿Te pones creativo o te paralizas?
¿Crees que tienes lo que se requiere para salir de la situación con éxito o que no puedes?
Dependiendo de las respuestas que le des a las anteriores interrogantes, será como vivas esa situación.
Aprender a sentirte cómodo(a) en los cambios requiere de confianza en la vida y autoestima. La confianza en la vida significa saber que si eso está ocurriendo es porque es lo mejor y que puedes enfrentar el reto. Por otra parte, la autoestima te sirve para amarte más allá del resultado o lo que vives. Cuando tu autoestima es fuerte puedes sentir que tienes el atributo o talento interno necesario para salir airoso de la situación que se te presenta. Ojalá recuerdes que vales mucho, aún en la duda y en la incertidumbre.
Cada experiencia que vives contribuye a ser el Ser Humano en el que te estás convirtiendo. Es fácil verlo hacia atrás, pues ya se conoce el resultado. Cuando haces un análisis retrospectivo de tu vida, ves en general que todo cambio te ha traído una ganancia, un aprendizaje. Pero cuando miras el futuro o estamos en medio del cambio mismo, es difícil saber que esa vivencia te está enseñando, enriqueciendo y dándote sabiduría.
¿En la práctica cuál sería la mejor manera de vivir un cambio?
Si estas en medio de un cambio, no le huyas a tus emociones, siéntelas. Tampoco te sientas presa(o) de ellas. El hecho de que sientas rabia por ejemplo, no tiene que hacer que le grites a alguien. Sentir las emociones significa tomar conciencia de lo que está ocurriendo en tu interior, reconocerlas, sin necesariamente dejarte llevar por ellas.
Por otra parte, respira profundamente y tomate ése instante para evaluar un poco más la respuesta que vas a dar. Es preferible hacer una pausa a responder instantáneamente y arrepentirte después de la reacción que tuviste. Y si un instante no es necesario, retírate. A veces es mejor hacer un alto en una conversación y pensar mejor lo que vas a decir, que reaccionar y después arrepentirse de lo dicho, de lo hecho.
Recurre a la fe. Esto significa ir más allá de cualquier religión. Tiene que ver con saber que algo/alguien más grande que nosotros mueve los hilos de las vidas de manera perfecta y para bien. La fe te ayudará a sentirte más tranquila(o) en medio de la transición. Reza, lee o acércate más a la corriente que prefieras. Permite que esta fe te ayude a sentirte más confiada(o) y en paz con lo que es, con lo que vives.
Si el abordaje del cambio es positivo, la experiencia es más ligera. Como consecuencia el resultado tiende a ser más fluido y mejor.
En conclusión, tu actitud hace la diferencia.
Recuerda, si no sabes cómo hacerlo, no tienes que llevar golpes intentándolo sola(o). Busca ayuda profesional para vivir este proceso más fácilmente. Somos muchos los buenos terapeutas que podemos ofrecerte una guía.
Ojalá aproveches tus cambios de vida y los veas como un regalo que la vida te da para crecer.
¡Bendiciones para ti!
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