La Resiliencia es la capacidad de los seres humanos para sobreponerse a períodos de dolor emocional y situaciones adversas, saliendo fortalecidos y alcanzando un estado de excelencia profesional y personal.
Asimismo, se define la Resiliencia Nómica: como “la capacidad innata y potencial que tienen todos los seres vivos para afrontar la adversidad y con ello alcanzar su bienestar diario. No existe solamente para recuperarse de fuertes caídas. Las características suficientes para que a una persona se le pueda llamar resiliente nómico, serían: autoestima, autonomía, afrontamiento, conciencia, esperanza, responsabilidad, sociabilidad y tolerancia a la frustración”. Dr. Dagoberto Flores Olvera (2014).
- Gozan de una sana autoestima. Al ser conscientes de sus potencialidades y limitaciones. Tienen confianza en su valía y capacidad para afrontar y superar las adversidades. Se consideran competentes.
- Son capaces de identificar con precisión el origen o causa de sus problemas. Incorporan nuevos comportamientos para evitarlos en el futuro, partiendo de un análisis concienzudo de su mundo interior.
- Son empáticas. Poseen una excelente capacidad para examinar y entender las emociones de los demás y conectar con ellas.
- Manejan y controlan sus emociones. En especial, ante situaciones adversas. Pueden permanecer en equilibrio y enfocados en sus objetivos. Controlan sus impulsos y su conducta en situaciones de alta presión o caos. Auto-control, auto-regulación. Tienen capacidad para regular los propios sentimientos y acciones.
- Viven en el momento presente, en el aquí y el ahora. Aceptan las experiencias como suceden y le sacan el máximo beneficio. Nunca se sienten víctimas de las circunstancias.
- Son optimistas, sin perder el contexto de la realidad. Poseen una visión positiva del futuro y se sientes preparados y aptos para manejar sus vidas, sin ser fantasiosos. Son muy objetivas, saben cuáles son sus potencialidades, los recursos que tienen a su alcance y sus metas. Así como sus debilidades, pero eso no implica que no sean optimistas. Están conscientes de que todas las experiencias en la vida tienen su lado negativo y positivo.
- Practican la aceptación en su diario vivir. Fluyen con la vida, pero manejando el timón.
- Son flexibles y no se resisten a los cambios. A pesar de tener metas muy definidas, gozan de la suficiente flexibilidad para cambiar o modificar sus planes, si resulta necesario. Son personas abiertas a nuevas posibilidades o alternativas.
- Interpretan las dificultades como lecciones que generan aprendizaje. Asumen las crisis como oportunidades para realizar cambios y efectuar ajustes necesarios para pasar a otro nivel y crecer.
- Afrontan la vida con pasión y entusiasmo. Califican “la vida”, como una aventura apasionante y maravillosa. Buscan nuevas oportunidade, retos y relaciones para lograr el éxito y la felicidad en sus vidas.
- Son perseverantes en sus propósitos. Poseen una motivación intrínseca que les ayuda a mantenerse apegadas a sus objetivos, sin ir contra la corriente, sino fluyendo en ella, pero siendo tenaces con sus sueños. Mantienen la motivación siempre alta y son capaces de detectar y atraer cosas positivas a sus vidas.
- No tratan de controlar a las personas o situaciones. Saben que tratar de hacerlo les ocasionará stress, desgaste físico – mental y sufrimiento. Conocen sobre el manejo de la incertidumbre y reconocen que no pueden controlar todas las variables.
- Se vinculan con personas positivas. Mantienen alta sus energías y vibraciones. Además, crean una red de apoyo que los puede sustentar en momentos de dificultad.
Todos podemos ser personas resilientes, requiere una decisión personal y por supuesto, un aprendizaje ¿Estás dispuesta/o a realizar el trabajo necesario, y aprender a hacer las cosas de manera diferente? Nunca es tarde, pero hay que hacer la “Tarea”.