Somos lo que hacemos, no lo que pensamos ni lo que sentimos. Probablemente puede que tengas la intención de actuar con respecto a tus ideas; puedes escribir sobre ellas, hablar sobre ellas, pero hasta que no actúes, no ocurrirá absolutamente nada. ¿Cuál es entonces la palabra clave? Acción.
Antes de continuar me parece importante aclarar algo. Muchas veces confundimos estar en movimiento con tomar acciones. Lo primero ocurre cuando sientes que estás comprometido con tus planes y proyectos, pero al final no estás haciendo nada en concreto para alcanzarlos. Mientras que la acción siempre te lleva a obtener un resultado.
A continuación, comparto unas prácticas recomendaciones para dejar de ser “soñadores” y convertirnos en “hacedores”:
- No temas al fracaso: Un paso importante es comenzar a ver el fracaso de manera positiva. Los fracasos pueden ser la oportunidad de aprender algo nuevo o mejorar nuestro desempeño o, para nuestra desdicha, pueden ser algo que nos hace vivir por debajo de nuestro potencial real, es decir, nos convierte en unos mediocres.
- Tienes que actuar: La falta de acción generará y amplificará nuestros miedos, dudas y preocupaciones. Si no aprendemos a enfrentarlos nos paralizan, quitándonos la posibilidad de avanzar y lograr nuestros objetivos.
- Establece fechas: Cuanto más tiempo permanezca en tu mente una idea u objetivo sin que actúes, más débil se volverá. ¿Cuál será el resultado? Morirá asfixiada por las preocupaciones, los miedos y las dudas. Proponte alcanzar progresos diarios, que te ayudarán a desarrollar seguridad, fuerza, poder y entusiasmo.
- Aprovecha lo bueno: Obsérvate y observa a tu alrededor, revisa que puedes aprovechar de ti, de tu entorno y hazlo.
- Mantente firme: Si algo es realmente importante para ti, debe convertirse en una constante en tu vida. Para tener éxito es importante la disciplina, la capacidad de hacer lo que sea necesario para cumplir tus objetivos.
- Se constante: Cuando actúas repetidamente para lograr algo que es realmente importante, no solo ganas credibilidad y respeto por ti mismo, sino que todas tus dudas se apagan y tu atención se fija en el tiempo presente.
- No pierdas el rumbo: Nuestra disposición para seguir en la dirección correcta cuando estamos cansados y desanimados es la única manera de mostrar lo mucho que queremos algo. Lo más interesante es que son justamente esos momentos los que nos llevan a un verdadero cambio.
Ánimo, eres un ser poderoso y viniste a este mundo a triunfar.