En un momento de crisis solemos tener malos pensamientos, pensamientos desdichados, negativos, hasta en algunos casos pensamientos vengativos, envidiosos o mal intencionados…
Esto no es bueno para nadie, ni para nosotros, ni para nuestra recuperación, ni para salvar la crisis y menos aún, para hacer pagar a los culpables de nuestro malestar…
Nada se puede solucionar amargando la vida o tratando de ser más desdichados aún…
En cambio, cuando un pensamiento es positivo, inteligente, inocente o puro empiezas a entender y ver el mundo de una nueva manera, la manera del amor y la comprensión.
Este es el momento inicial de un crecimiento espiritual que genera crecimiento material y la magia natural de ser feliz y de reciclar la vida, por decirlo de alguna manera, mirando los hechos pasados con tolerancia y generando bienestar, abundancia y felicidad.
Nada puede detener la energía y el ardor del crecimiento personal cuando eres espontáneo y agradecido, salvo que boicotees tu propio crecimiento personal y elijas quedarte dónde estás, triste, abatido, resentido… entonces estas fuerzas se volverán en tu contra, atrayendo mala suerte, energía negativa, obstrucción en los negocios y en la pareja…
El tiempo parece crecer y los frutos de la felicidad que generas mirando la vida a través del cristal positivo del pensamiento puro, las buenas intenciones y la alegría de vivir.
No trates de forzar períodos ni realidades, deja que el tiempo decida cuándo es el momento para cada cosa, nada que nace mal se endereza y el tiempo lo cura todo… siempre que seas positivo en tu vida y actúes de corazón para mejorar tu vida y rescatar tu felicidad.