Cuando se presenta una separación matrimonial es normal que pienses en tu pareja, en el efecto en tus hijos, en tus papás, en tus suegros, en los amigos, en los compañeros de trabajo, en el jefe, en los vecinos y en el qué dirán. Pero no piensas en ti. Este es el craso error. Lo primero que debes hacer ante una ruptura es pensar en ti, tus sentimientos, tu actitud, lo que pasa por la mente, el cosquilleo que sientes en el estómago, la falta de apetito para comer, el vacío interior que está presente.
- Pensar en ti es perdonar las injusticias cometidas por tu pareja durante el proceso de separación, las injurias, las culpas, los desmanes, la ingratitud, los reclamos. No sirve de nada guardar en tu corazón los malos momentos.
- Es valorarte como persona, para demostrar que puedes vivir por ti mismo sin necesidad de que alguien más te acompañe en el viaje. Es tener gusto por estar contigo y disfrutar de los momentos de soledad e intimidad.
- Es decir lo que te parece sin remordimiento, si tener que esperar por aprobaciones de los demás. Si sientes ganas de llorar o de expresar un estallido emocional, hay que hacerlo sin pena. No es el momento de seguir lo que se considera socialmente como buenos modales. Se tu mismo.
- Es salir con la frente en alto del proceso de separación matrimonial, porque no le debes nada a nadie, y no tienes que sentirte avergonzado por lo que se podría considerar como un fracaso. No lo es, y por el contrario es la toma de una decisión valiente, difícil pero valiente.
- Es exigir tus derechos sin falsas modestias, lo justo y lo que te mereces, incluso en la repartición de bienes. Si deseas quedarte con esto o aquello y crees que lo mereces, debes decirlo y pedirlo, sin vergüenza.
- Es tomarte el tiempo que necesites para superar la separación, y si deseas tomar distancia debes hacerlo. Decide lo que te convenga y hazlo.
- Es amar la vida como paso previo para reconstruir tu camino, recordar tus éxitos y los eventos agradables, consentirte comiendo y haciendo lo que más te gusta, disfrutando por el simple hecho de respirar y tener la salud, revisar los proyectos y mirar a los hijos como fuente de inspiración.
Si deseas superar la separación matrimonial lo mejor es comenzar a pensar en ti, tus necesidades, deseos, aspiraciones, sueños, y balance propio de la situación. Para que se inicie un camino virtuoso y positivo de reconstrucción de tu vida. No se justificaría que al daño existente se le sume nuevos aditivos al asunto.