El inicio de tu día es fundamental para definir cómo van a transcurrir tus horas, de allí parte el hecho que una nube gris te acompañe en tu andar o si más bien será un sol radiante y quizás hasta un arcoíris inundando de color tus pasos.
Esta decisión matutina no es consciente para todos, solemos andar en automático, nos levantamos, tomamos café, vamos al baño, nos aseamos, desayunamos, nos vestimos, salimos a estudiar, a trabajar y allí vamos a ver qué pasa; ese suele ser un proceso muy común entre las personas. En otros casos, salimos cargados, cansados, con temor, con ansiedad.
Quiero que sepas que este acto matutino es una decisión y un decreto para el resto del día, de la forma en que organices tus pensamientos al iniciar la jornada va a depender mucho como transcurran las horas.
¿En qué sentido?
Por una parte, el iniciar con mentalidad triunfadora y positiva va a influir en el desarrollo de los acontecimientos incrementando la probabilidad de que cosas buenas te ocurran y, en caso que ocurran reveses o situaciones complicadas tendrás la actitud necesaria para ser alquimista y poder transformar eso que te ocurre en algo mejor, en un aprendizaje y desde allí a un triunfo.
Todo lo que hacemos tiene una reacción. Toda causa tiene un efecto y la primera causa son nuestros pensamientos, y mientras más positivos y alentadores sean, más positiva y alentadora se vuelve nuestra realidad.
¿Por qué no comenzar el día con afirmaciones de amor y éxito?
Cómo por ejemplo:
- Hoy va a ser un gran día.
- Hoy me siento bella (guapo).
- Hoy voy a salir a triunfar.
- Hoy la vida me sonríe.
- Todo lo que haga hoy me traerá satisfacción.
- Me emociona saber que hoy pasarán cosas maravillosas.
- Me amo profundamente, sé lo que merezco y no negocio menos que eso.
- Estoy a salvo.
Si decides dudar de este planteamiento estás en tu derecho pero te invito antes de descartarlo a probarlo, de manera real, con convencimiento y persistencia. ¡Luego me cuentas!
Liliana Castiglione Asaro
Psicóloga
www.psiqueyalma.com