Estás aquí para brillar. Estás aquí para iluminar tu mundo y el de los demás, pero esto no lo puedes hacer si no te conoces realmente, si no sueltas las cadenas y recuperas tu amor propio y tu verdadera autenticidad. Es cuestión de descubrirla, aquí y ahora.
Quiero mostrarte aquí la diferencia entre tu ser ahora y tu mejor versión:
¿QUIEN ERES AHORA?
Ahora eres un ser normal, por así decirlo. Eres esa persona del común, con una historia como la de cualquier ser humano. Naces, creces, te reproduces y mueres. Eres esa personalidad que tiene momentos de alegría y tristeza.
Eres esa personalidad que, aunque vino con todo su potencial, con toda su pureza, a lo largo del camino se fue perdiendo. Se encontró con un cuerpo que está sujeto al cambio. Se encontró con una mente limitante que le presenta un comienzo y un fin. Se encontró con una sociedad en escasez y limitación. Se encontró aprendiendo hábitos y costumbres que afianzaron más y más su identidad de ser humano. Se encontró experimentando situaciones que le dejaron la sensación de miedo y desconfianza.
Esta personalidad la adquiriste en esta vida y como puedes, tratas de sentirte cómodo en ella.
Tratas de entender por qué no encajas totalmente y terminas tratando de adaptarte, aunque nunca tienes éxito. A lo largo del camino, por más que lo intentas no logras ajustarte.
Sigues sintiendo esa sensación dentro de ti que te dice que de algún modo no perteneces aquí, que algo falta pero que mereces ser feliz. Esto lo tratas de llenar con experiencias, comportamientos, compras, adicciones y demás sintiéndote cada vez menos en tu lugar, cada vez más y más perdido.
No sabes cómo comenzó todo, solo sabes que allí en esa personalidad estas perdido.
¿QUIEN ERES REALMENTE?
Sin embargo, tu corazón nunca te ha mentido. Nunca te ha abandonado. Siempre sentías que debía haber más de la historia y que aún te faltaba por descubrir su final.
Es ahí cuando comienzas a buscar en el único lugar donde no habías buscado anteriormente: Dentro de ti. Comienzas, a ser una guerrera espiritual, a quitar las capas que llevabas de aquella vieja personalidad y comienzas a descubrir todo el poder que yace dentro de ti, tu mejor yo. Te vas acercando a tu autenticidad y vas reconociendo poco a poco que por ahí es el camino, el camino a tu felicidad real.
Comienzas a ver que no eres solo un cuerpo sino, de hecho, eres más energía, deliberadamente decides cambiar para tu bien, siendo el alquimista, transformando lo concreto en energía.
Comienzas a ver que eres un ser ilimitado y que, quien se ha puesto los límites ha sido tu vieja personalidad, no tú.
Comienzas a ver que antes, no sabías cómo salir de tus apuros y que ahora cuentas con tu energía, con tus pensamientos, acciones y emociones para cambiar tu vida para bien. Comienzas a ver que eres tan grande y tan magnificente como lo habías visto en otros o en tus más absurdos sueños.
Allí comienza a salir tu verdadero yo: ese gigante que estaba esperando que le reconocieras, que le dieras paso. Y aunque al comienzo no lo notas tan fuertemente, comenzarás a verlo a medida que conscientemente lo invitas a tu vida. Aún más comienzas a manifestar felicidad siendo feliz ahora. ¿Cómo? Siendo la mejor versión de ti misma cada día.
LA MEJOR VERSIÓN DE TI MISMA
Esta mejor versión de ti misma la has percibido muchas veces. Por ejemplo, cuando has sacado tu valentía para demostrar lo que realmente eres. O cuando has estado convencido que te sanarás. O talvez, cuando estabas seguro de emprender una acción determinada.
Y muchas, muchas veces, cuando has sido, a través de tus acciones, un ser tan hermoso y magnificente que te has sentido realmente orgulloso de ti mismo.
Tú lo sabes bien. Es cuestión de conocerse. La mejor versión de ti misma sale en momentos en los que debes ser el «héroe», en los que debes ser quien reconforta, quien ayuda, quien enseña, quien entrega en abundancia y quien se cuida a sí mismo.
Tú lo sabes, internamente, es como si tu mejor versión te dijera: Así es, vas por el camino correcto, ¡finalmente me estás dejando salir!
La mejor versión de ti misma está vinculada a la fuerza de Dios, del Universo. Cuando meditas y entras en silencio, notarás claramente esa mejor versión aflorando de adentro hacia afuera.
Tu mejor versión no es un invento, es una conexión con la grandeza de tu ser. Aquí no hay autoestima baja, aquí estás ENAMORADA DE TI MISMA, de la grandeza de tu ser y su conexión con todo lo que existe.
La frase de la Biblia en la que se menciona que Dios te ha creado a su imagen y semejanza y provienes de él, es muy clara para mí. Nuestro poder interior está ligado al de algo más grande que nosotros, entonces, ¿por qué ponerle límites?
