Mi primer encuentro con el amor incondicional fue hace 22 años. Los cirujanos terminaban su trabajo mientras yo tenía frente a mí por primera vez a mi bebé.
Un “humanito”, pequeño y vulnerable me enseñó el amor incondicional.
-Este ser, no tiene nombre, no sabe nada de mí…le importa un carajo si es mexicano, niño, no sabe qué lengua hablará. No tiene puesta ninguna etiqueta, lo único que tiene es su humanidad.
No sabe quién soy. No siente que deba defenderse de mí o se siente comprometido a amarme. No necesito ser más alta, ni más rubia, ni más delgada ni más lista, ni graciosa. NO.
No tenemos una relación de conveniencia por mi status social, mis relaciones públicas ni por todo lo que yo haya hecho o dejado de hacer. – Pensé.
En ese lugar, en esos primeros segundos que pasamos juntos frente a frente por primera vez, me di cuenta de que ése Ser Humano activó en mí el Amor Incondicional. Igual que un gamer desbloquea un nivel en un video juego.
Una dosis de serotonina y dopamina corrió por mis venas en milésimas de segundo, invadió mi cuerpo por completo y amé a ese hombrecito. Lo amé inmediatamente sin pedirle nada, nada a cambio.
Lo amé sólo por existir.
El amor incondicional es el amor, sin condiciones.
¿Has amado a alguien así?
¿Crees que alguien en tu vida, te haya amado a ti así?
La mayoría de mis clientes creen conocerlo, cuando les pregunto: ¿Qué es para ti el amor incondicional?, me responden frases de Facebook muy adornadas, en resumen, me responden como si yo fuera a “calificar” su respuesta.
Nuestra forma de entender el amor incondicional es aprendida. “Si me quieres, tienes que hacer…”; “Hiciste (equis) cosa, y no te importó lo que a mí me afecta”…y otros programas similares.
Amar se convierte en generar expectativas sobre los pensamientos de las personas más importantes para nosotros, y esas expectativas incluyen el cumplimiento de las expectativas que ellos tienen de nosotros.
Es decir, “Haces lo que yo te diga, o no me quieres” y viceversa.
Y así vamos eligiendo elementos que construyen nuestra vida. Así seleccionamos a nuestros amigos, así formamos lazos con nuestros familiares y así elegimos a la persona que nos acompañará en nuestra vida.
Hagamos un ejercicio:
Párate frente al espejo y quítate el título. Deja de ser “Licenciada, Ingeniero, etc., etc.”. Quítate tu status social, no importa cuánto dinero tienes o no.
Mírate.
No importa si hablas 5 idiomas, no los necesitas para este momento. Ahí estás tú, contigo.
Pon atención a tus ojos, imagina la primera vez que los usaste. Ese momento de tu nacimiento en que lo único importante para ti, era existir.
Respira.
Deshazte de cada una de las cosas que tú crees que necesitas defender. Todo aquello que empieza con la frase:
Yo soy…
(Yo soy…esposa, esposo de, mamá de, hija de…, embajador, etc…)
Y cámbiala por:
“YO EXISTO”
Y deja que te recorra por todo tu cuerpo.
Respira.
Y ámate sin condiciones.
Mírate a ti, con esa dulzura que puede mirar una madre a su hijo por primera vez. ¿No crees que es hora de darte la bienvenida?
Ámate por existir.
Toma unos minutos contigo, mírate y respira. Despréndete de lo que te pesa.
El mundo allá afuera no estará satisfecho. Debes saberlo, la gente NO cambia, cambias TÚ.
El verdadero amor, no es físico, ni romántico. El verdadero amor es la ACEPTACIÓN de TODO lo que el OTRO ES, de lo que HA SIDO, de lo que SERÁ y de lo que YA NO ES.
Y si empezamos por ti:
El amor incondicional por ti es la aceptación de TODO lo que eres, de lo que has SIDO, de lo que SERÁS y de lo que YA NO ERES.
Elegimos personas que hagan las veces de prótesis emocionales para nosotros, que nos hagan sentir completos y que nos reafirmen el vacío que sentimos por qué no sabemos amarnos así: sin condiciones.
Este trabajo de re-descubrimiento requiere de introspección, cambio de programas automáticos y anclajes nuevos. Es decir, requiere de un trasplante de modelos de pensamiento que te permita recibir amor, empezando de ti para ti.
Y desde ahí, elegir una nueva pareja.
Una forma de hacerlo es recibir acompañamiento; si quieres trabajar en ti contáctame. Todo empieza por ti, elige ser prioridad.
Con cariño.
Shala Múgica
Fénix Coach