Las mamás tóxicas, lejos de fomentar en sus hijos: una sana autoestima, madurez personal y un alto grado de seguridad en sí mismos, que les permita abrirse al mundo y sortear con éxito las dificultades inherentes a la vida; los llenan de pesadas cargas que afectarán en su desarrollo, su independencia física y emocional.
Las mamás tóxicas, proyectan sobre sus hijos sus inseguridades, para reafirmarse personalmente, y así, tener mayor control sobre sus vidas y sobre la de sus hijos.
Es importante resaltar, que detrás del comportamiento de una mamá tóxica, está un profundo amor hacia su hijo, pero mal enfocado y absolutamente dañino.
El problema radica, en que este comportamiento afecta a una criatura que se encuentra en proceso de maduración personal, donde debe asentarse, su personalidad y una elevada autoestima. Produciendo en el menor grandes inseguridades, en ocasiones insalvables, que se irán manifestando a lo largo de su vida.
No debemos olvidar que el amor, lo podemos asimilar a una moneda que tiene dos caras: una que propicia el crecimiento personal, apoya, y construye, y la otra, que se caracteriza por ser egoísta e interesada, en ocasiones opresiva y asfixiante, definitivamente destructiva.
Características de las mamás tóxicas:
1. Personalidad insegura
Poseen una clara falta de autoestima y autosuficiencia, que les obliga a ver en sus hijos una tabla de salvación, a la cual modelar y controlar, para que cubran sus carencias.
El hecho de que sus hijos empiecen a ser autónomos, no la necesiten tanto y poco a poco sean capaces de hacer su vida, genera en ellas, un alto grado de ansiedad, puesto que temen ante todo a quedarse solas. De allí, que sean capaces de desplegar hábiles artimañas, para seguir teniéndolos cerca e incluso justificarles que debe ser así, y un modo de hacerlo es proyectando en los niños desde pequeños su misma falta de autoestima, y su misma inseguridad.
2. Obsesión por el control
La necesidad de controlar cada aspecto de sus vidas, hace que terminen haciendo lo mismo en la vida de sus hijos. No son capaces de ver los límites. Para ellas, control es sinónimo de seguridad.
Ejercen el control pensando que con ello, hacen el bien y que así demuestran amor por los demás. “Yo te hago la vida fácil controlando tus cosas para que seas feliz”, “Yo solo quiero lo mejor para ti, y por ello evito que puedas equivocarte”. El control basado en el “amor”, es un dañino acto de sobreprotección. Impedimos con ello, que los niños sean autónomos, capaces, emprendedores y valientes. Aún más grave, no le damos la oportunidad de que aprendan de sus errores.
3. La proyección de los deseos incumplidos
“Manipulación con Amor”, extremadamente perjudicial. Aquí unos ejemplos: Quiero que obtengas lo que yo no tuve“, “No quiero que cometas los mismos errores, que yo”, “Quiero que llegues a ser aquello que yo no puede lograr”.