Ciertamente algo sabía sobre las personas en la onda ecológica «verde». Sabía que, hay que reciclar, no botar los desperdicios en el piso y hasta ahí llegaba mi «extensa» cultura ambiental. Vivía en un mundo feliz donde si veía una basurita en la calle, el hecho de ponerla en su pipote de basura ya me hacía sentir una gran cuidadora de mi planeta.
Estuve haciendo un programa radial cultural, sumamente divertido por cierto, con el cual estaba empapada de información: música, entradas de conciertos, actores de teatro.
Pero soy fiel creyente de que la vida te da justo lo que necesitas y resultó que el siguiente proyecto radial que me asignaron fue sobre, nada más y nada menos, que ecología.
Me gustó la idea de hacer ese «espacio verde», relacionado con la naturaleza, el planeta tierra, los animales, la capa de ozono. Les confieso que no sabía dónde empezar. Mi primera estrategia fue la misma de muchos, internet. ¿Qué es eso del mundo verde? Y ¿qué podría hacer yo al respecto?
Lo que me ocurrió fue abrumador. Al colocar la palabra «plástico» en el buscador lo primero que apareció fue una isla de desperdicios plásticos del tamaño del estado Texas (USA) que flota y crece diariamente al norte del Océano Pacífico. Adicional a esto leí que se calcula que en 10 años será el doble de grande.
Con este golpe a mi conciencia, empezó mi investigación sobre un mundo más verde. No podía creer que esa información no me había llegado antes; francamente me preocupa el hecho de que en diez años podríamos estar literalmente bañándonos en basura.
Junto a esto encontré mucha más información relacionada con las bolsas de plástico (sí, la que usamos en el mercado). Estas no son reciclables y solo cumplen dos «grandes» funciones en la vida: 1. Llevar tu comida o producto del mercado hacia tu casa, y 2. Posterior a eso, matar a miles de animales: ballenas, delfines, tortugas marinas, por mencionar solo unas pocas especies, por un «breve» período de 400 a 1.000 años (exacto, ¡no desaparecen¡)
Al día siguiente, cuando fui a un centro comercial, por desgracia lo que más pude ver en las manos de las personas fueron bolsas y botellas plásticas por todas partes. ¡Estamos invadidos de plástico!, pensé.
En ese momento fue que caí en la realidad de La Misión Verde. Es definitivamente mucho más grande que yo y que tú, que no es tarea fácil y que esta información debe llegar a cada uno de nosotros. Nosotros como comunidad debemos empezar el cambio de conciencia, porque las industrias por sí solas, no lo harán. En el sector industrial la mayoría de las empresas tienen sus propias metas y tristemente no son ecológicas.
Cansada y lista para acostarme a dormir me di cuenta que de los 50 productos cosméticos que tengo en mi baño, por lo menos 45 vienen presentados en envases de plástico y pensé, definitivamente esto no será fácil. ¿Será posible que llegue a ser 100% ecológica? Todavía no lo sé, más si estoy 100% dispuesta a seguir investigando y llevarte conmigo por este camino.
La lucha apenas comienza y estamos en pleno remolino. Solo espero que muchos otros estén dispuestos a unirse (sé que va a ser así) y compartir esta información. El cambio viene, solo hay que tomar acción cuanto antes y estar preparados.
Y tú, ¿qué vas a hacer hoy para tener tu conciencia verde?