Uno de los grandes dilemas del divorcio en las parejas es si la decisión afecta realmente a los hijos o no. Debes sentirte culpable por tomar esta trascendental decisión de separarte, o es mejor asumir el eventual riesgo.
Algunas inquietudes o temores alrededor del divorcio:
- Me voy a quedar sólo o sola.
- Mis hijos van a sufrir por culpa nuestra.
- Estamos tomando una decisión muy apresurada.
- El amor se terminó y nunca regresará.
- Nos vamos a arrepentir.
Respuesta a cada inquietud y temor sobre la decisión de divorcio:
- El problema del divorcio no es quedarte sólo o sola, porque no debes estar unido a otra persona por temor a la soledad. Tu decisión se debe basar en el amor, el cariño, el deseo de mantenerte junto a tu pareja, sentirte a gusto, disfrutar de su compañía y de la construcción de un proyecto de vida en común.
- Los niños deben aprender a ser felices y a estar tristes, ellos no deben sufrir por tus decisiones, a menos que se sientan culpables y responsables de su separación. Lo primordial es despejar sus temores y culpas, porque no deben tenerlos. Deben saber que juntos o separados serán siendo sus hijos y los quieren mucho. Esto no va a cambiar.
- Sin duda hoy en día existe una falta de tolerancia, que sumado a la velocidad con que se toman las decisiones, se podría acelerar el proceso de decisión acerca del divorcio. El apresuramiento nunca será buen consejero menos en las relaciones de pareja. Tómense el tiempo adecuado y luego decidan con profunda responsabilidad.
- El amor nunca es igual, evoluciona y cambia, puede pasar de un idealismo a la realidad, así que nunca trates de vivir del pasado o del amor que existió, ya que hay que vivir en el presente y en el ahora. donde exista chispa se podrá volver a encender el fuego. Busca la llama y no la ahogues.
- Una persona se puede arrepentir de lo que hace y de lo que no hace. No es la hora de temer el arrepentimiento, sino de luchar por lo que se tiene, la familia y la pareja. Si es imposible, porque es un concurso de dos, entonces evaluar la alternativa del divorcio, pero no antes de tiempo y de haber hecho el trabajo de reconstrucción.
Los hijos en el divorcio a veces se utilizan de mala manera, para manipular a la pareja. Es el caso de decirle al compañero o compañera que con su actitud va a traumatizar al niño, que si se separan se llevará a los hijos y no se los dejará ver, o frases similares. Se utilizan como escudo, disculpa, ataque, apoyo. Nunca se debe permitir que los hijos tomen partido en las disputas de los adultos, porque esta actitud lo único que logrará es afectarlos realmente.
En el divorcio se debe separar la relación de pareja, de la relación con los hijos. No se pueden mezclar ni confundir, porque nunca se dejará de ser padre o madre. Pero de pareja sí.
Una sana recomendación en estos casos, es hablarles a los hijos con claridad sobre las dificultades que están padeciendo los padres, para que no les tome por sorpresa cualquier decisión, amarlos por encima de todo y aclararles que seguirán siendo sus padres aún cuando no sigan viviendo juntos y, lo más importante, hacerles saber que los aman y que siempre estarán allí para ellos.
Ante un inminente divorcio hay que salvaguardar el estado emocional de los hijos, brindándoles mucho amor y alejándolos del conflicto.