En este episodio hablaremos sobre el dar y recibir auténticamente. El dar y recibir son acciones maravillosas que nos ayudarán a abrir nuestro corazón. Igualmente, son acciones que nos ayudan a entrar en el flujo de la vida, en el flujo de la existencia.
Dar y recibir es estar en el fluir de la vida, no rechazar ni resistir.
Cuando comenzamos a entrar en el flujo del dar y recibir, nos damos cuenta, que todo es para todos, que nada es propio y que simplemente estamos aquí en un flujo entregando aquello que podemos dar para conocernos a nosotros mismos y a los demás como un todo.
El aprender a dar y recibir me ha enseñado a fluir con la vida, pero también a confiar más en ella y volverme más incondicional. Estas cualidades las vas a ver en tu vida cada vez que entres en el dar y recibir auténticamente, abiertamente, sin prejuicios, sin condicionamientos.
Dar y recibir significa el conocernos más y aceptar los miedos que tenemos al soltar, al acercarnos a alguien y entregar.
Aprender a recibir incondicionalmente
Para mí el recibir es una parte del vivir plenamente. El recibir significa aceptar, aceptar todo aquello que la vida está por traernos. Todo aquello que la vida nos entrega. Cuando nosotros aceptamos luego tenemos las herramientas, la fuerza necesaria para producir cambios.
Recibir es algo que practicamos muchísimo en mi programa Maestría de Vida, pues al igual que el dar, debe ser lo más natural de este mundo, no debe sentirse ajeno a nuestra naturaleza. Si es ajeno, es porque el ego lo ha tomado y se ha apropiado de todo lo que existe creyendo que es su pertenencia.Para mí abrirse a la aceptación y todo lo que esto conlleva, tanto lo bueno como lo difícil. Sin la aceptación de primera mano nunca vamos a poder hacer los cambios requeridos para entrar en el flujo energético de la luz pura y abundante que se nos quiere entregar.
Igualmente, conlleva el soltar y rechazar la resistencia y permitirnos decirle SI a la vida, aprendiendo a recibir lo pequeño y lo grande que esta por entregarse. Muchas veces nos encontramos en resistencia y esto bloquea el flujo para recibir los milagros.Muchas veces recibimos invitaciones, personas, oportunidades, regalos y automáticamente la primera respuesta es NO, cerramos las puertas. Al cerrar las puertas, cerramos el flujo de la vida. Es comenzar a dejar el rechazo de lado.
Aquello que rechazamos afuera lo rechazamos en nosotros mismos y viceversa. El recibir es un ejercicio espiritual que nos muestra día a día lo que estamos rechazando, cuando decimos no, cuando cerramos las puertas, ¿a qué le estamos teniendo miedo?, ¿qué es lo que está sucediendo que no nos permite confiar?
Es comenzar a recibir cosas pequeñas y grandes y la vida siempre está allí dispuesta a entregarnos regalos. Así que es el momento de comenzar a recibir incondicionalmente y a medida que tu vibración energética sea más alta, más y más notarás que lo que llega a tu vida es de mayor luz y así tu confianza se incrementará.
¿A qué le estás poniendo el “pero”? ¿Le estás poniendo el “pero” al abrazo? ¿Le estás poniendo el «pero» a la comida? ¿Le estás poniendo el “pero” al clima del día de hoy?
El recibir es automático, debe ser un proceso natural, es abrirnos a lo que la vida nos quiere entregar. Sucede por sí solo, momento a momento, eso que llega, solo quiere estar contigo y permitir que tú le recibas. Así que no dejes la vida pasar.
Aprender a dar incondicionalmente
El dar nos muestra nuestras riquezas y sobre todo nos enseña a desprendernos, a dejar que las cosas fluyan. Con el dar comenzamos a cultivar una mentalidad de abundancia, reconociendo en la práctica que siempre, realmente estamos asistidos por el universo.
El dar descubre esa parte nuestra que es generosidad. Cuando nos permitimos entregar aún cosas que son valiosas para nosotros aprendemos a pasar la luz del amor de unas manos a otras manos. Nos enseña a soltar, desprendernos y reconocer una vez más que nada es nuestro.
Igualmente, se trata de ir un paso más y abrir nuestro corazón, enfrentar nuestros miedos y acercarnos a aquellos que necesitan tanta ayuda, aquellos a los que por lo general pasamos por alto.
Cuando entregamos, particularmente a aquellos que no nos pueden entregar absolutamente nada de vuelta, estamos experimentando una de las formas más puras del amor incondicional. Allí experimentas una gran expansión de tu alma, en la que simplemente te conectas con la abundancia infinita y bendecida que pasa a través de ti iluminando tu existencia y la de los demás.
El dar y recibir te envuelven en la abundancia de la existencia.