Lo primero es tomar la decisión desde el corazón y trabajar la voluntad, para que sea firme y decidida. Luego debes visitar a un nutricionista de confianza, para que te evalué y te indique una dieta especial para ti, que asegure una baja de peso sostenible y gradual. En atención a tus condiciones físicas y tu rutina de vida, porque cada persona, es distinta. Sin embargo, es útil tener en cuenta y comenzar a seguir estas recomendaciones generales:
- Aliméntate 5 veces al día en pequeñas porciones. Desayuno, media mañana, almuerzo, merienda y cena. No omitas ninguna.
- Come despacio, bocados pequeños, masticando muy bien los alimentos y haciendo pausas entre bocado y bocado.
- No alternes períodos de ayuno con comidas abundantes
- Elige alimentos con poca grasa, prefiriendo los de origen vegetal para una digestión más rápida, las grasas animales tardan un poco más en digerirse y se adhieren a las paredes intestinales, son más ricas de sabor, pero más densas y difíciles de digerir.
- Disminuye el consumo de carnes rojas y aumenta el consumo de pescado y pollo o bien puedes sustituir ambas con carne de soya que es muy nutritivas.
- Evita el consumo de frituras y reduce el consumo de azúcares, sal y harinas blancas.
- Consume verduras y hortalizas en abundancia, sus propiedades nutritivas son excelentes.
- Cocina preferiblemente tus alimentos a la plancha, al horno o sancochados.
- Consume frutas dos o tres veces al día evitando aquellas que son muy energéticas como el mango, el cambur, uvas e higos y en pequeñas porciones.
- Consume lácteos descremados y quesos blancos, los amarillos poseen mayor cantidad de grasa.
- Bebe por lo menos 8 vasos de agua por día. Evita los jugos concentrados de frutas, ya que están cargados de azúcar y los refrescos.
Como complemento al consumo de una alimentación balanceada, es necesario para mejorar nuestra autoimagen:
Una rutina de ejercicios a diario, para ayudar a quemar la grasa. Basta con una caminata enérgica por lo menos 4-5 veces a la semana de 45 minutos de ser posible y verás cambios importantes. No sólo en tu cuerpo, sino en tu mente.
Trabajar nuestro mundo interior. Basta con detenerte unos minutos al día y revisar tus pensamientos, emociones y sentimientos. Esto nos permite volver a elegir y enfocarnos en aquello que nos hace feliz.
Recuerda somos Cuerpo, Mente y Espíritu, y son muchas las bondades de mantenerte sana en los tres aspectos. Tus sueños te lo agradecerán ¡Te sentirás en mejores condiciones para correr hacia ellos con todo tu ser y los brazos abiertos!