El término “empoderamiento” deriva del inglés “empowerment” y trasladado al plano individual es conectar con nuestro poder personal o “empoderarse”. Podríamos simplificarlo en una sencilla fórmula: sana autoestima —-> decisión + acción. Decidir implica actuar, es hacerte dueña de tu vida, hacerte valer, reconocerte como una persona valiosa y merecedora de todo lo que la vida brinda. Sin duda alguna, el empoderamiento se sustenta en la autoestima y por ello el empoderamiento inicia en uno mismo.
Se trata de ser tu mejor versión, conocerte, hacerte consciente de tu valía, de tus fortalezas y debilidades, y decidir qué hacer con ellas. En síntesis, decidir qué hacer con tu vida y responsabilizarte de ella. El empoderamiento, supone vivir desde la autenticidad, estableciendo equilibradamente nuestros límites personales y profesionales, fijando nuestras metas a corto, mediano y largo plazo, con el fin de alcanzar la mayor independencia y libertad posible en todos los ámbitos de la vida. El empoderamiento personal, sugiere desarrollar en una persona la confianza y la seguridad en sí misma, en sus capacidades, en su potencial y en la importancia de sus acciones y decisiones para afectar su vida positivamente.
Daniela Furst, psicóloga y psicoanalista argentina asevera que el empoderamiento es un término que hace alusión a un proceso multidimensional y que puede “ser usado para caracterizar las relaciones con uno mismo, dentro del hogar, entre los ciudadanos, en las empresas, etcétera”. En este mismo contexto dice que el concepto puede pensarse desde la generalidad como “la expansión en la libertad de elegir y actuar. Significa aumentar la autoridad y el poder del individuo sobre los recursos y las decisiones que afectan a su vida”.
Auto respeto, alta valoración, elecciones conscientes, responsabilidad sobre nuestros actos, y fijación de límites, son conceptos íntimamente vinculados al empoderamiento. Porque tú tienes el poder de creer en ti.
Según la psicóloga Ilona Boniwell, fundadora y primera directora de la European Network of Positive Psychology, identificar las fortalezas de cada persona es vital para acercarse a lo que se conoce como “zona de poder”: estado en el que las personas desarrollan al máximo su potencial en la vida laboral y en los proyectos personales.
Los expertos estudiosos en la materia, expresan que las investigaciones realizadas concluyen: “que cuanto más usemos nuestras fortalezas seremos más felices y nos sentiremos más satisfechos. Cuando esto ocurre, queda poco espacio para el miedo y la inseguridad”.
Una vez identificadas las fortalezas es necesario usarlas consciente y activamente con el fin de desarrollar todo nuestro potencial. Para esto, Ryan Niemiec invita a activar las cualidades propias para evitar que se debiliten, usando el análisis y el racionamiento, pero también los sentimientos y la acción. Asimismo, señala que lo más importante es evaluar si nuestras fortalezas están alineadas con los talentos, que define como “habilidades naturales”, y los gustos personales, donde se anida la pasión. Sin esta trilogía, la zona de poder será esquiva. Boniwell y Niemiec recalcan la importancia de cultivar la autoexigencia; esto implica preguntarse cada cierto tiempo si estamos aprovechando al máximo nuestro potencial.
Cuando no estamos empoderados, permitimos que sean otras personas y situaciones que nos rodean las que toman las decisiones en nuestra vida. Desempeñando en muchos casos el papel de víctimas. Por otra parte, es conveniente indicar que la mayor enemiga del empoderamiento es la culpa, ya que dificulta actuar con autonomía, establecer límites y respetarse como persona.
Ahora que ya conoces el término “Empoderar” y sus implicaciones, vamos a ponerlo en práctica y para ello, a continuación te invito a leer los siguientes tips:
Trabaja tu Autoestima. Debes gozar de un alto concepto de ti misma, confiar plenamente en ti y en tus posibilidades. De lo contrario será imposible que te sientas empoderada. Identifica lo que amas de ti, haz una lista. Te ayudará a recordar lo grandiosa que eres. Muchas de nosotras crecimos en ámbitos familiares en los cuales no se nos enseñó de manera directa y expresa a amarnos. Tú eres una persona única e irrepetible, que brilla con luz propia.
Elige – Decide – Actúa: Toma las riendas de tu vida, recuerda tienes el timón, no eres un simple visitante de ella y mucho menos una marioneta o veleta que la domina el viento. Sé valiente y sal de la rutina, no te conformes. Si no te gustan tus circunstancias que te rodean, acepta las que no puedas cambiar y enfócate en trabajar las que dependan de tu poder personal, es decir, toma conciencia de lo que no depende de ti y de lo que sí depende de tu decisión. Trabaja para obtener claridad en tus objetivos, visualízalos y actúa. Sin acción no hay resultados.
Atrévete – Arriésgate: Para conseguir resultados nuevos, hay que probar cosas nuevas y salir de la zona de confort. Atrévete a experimentar nuevas vivencias, a “ser” y a “hacer” lo que realmente quieres. Suena fácil pero no lo es, requiere iniciar el proceso con pequeños cambios que traerán con certeza nuevos resultados, motivándonos a ir incorporando nuevos desafíos a nuestra vida.
Vive – Exprésate – Apasiónate: Sólo tú eres la dueña de tu vida, y debes tomar tus propias decisiones. No permitas que te manipulen, ni siquiera tu familia. Sé asertiva, aprende a expresar lo que pienses, sin ofender y pon toda tu pasión en lo que haces, eso recarga tus energías y eleva tu vibración.
Perdona – Perdonarte – Agradece: El perdón es sin duda alguna una gran liberación para la persona que lo práctica y perdonarnos a nosotros mismos es vital para llevar una vida armónica y fluir con la vida. Es una energía que se suelta. Por su parte, agradecer nuestras circunstancias y todo lo que tenemos y nos rodea es absolutamente sanador, nos llena de energía, de fe y esperanza. Sus beneficios e impacto en nuestro bienestar están científicamente comprobados.
Fluir – Cerrar Ciclos: Lo que no soltamos, lo cargamos el resto de la vida, haciendo nuestro equipaje cada vez más pesado, impidiéndonos abrirnos a lo nuevo y retomar nuestro poder. Fluir con lo que nos sucede nos brinda la tranquilidad y paz necesaria para la toma de decisiones acertadas.
Fija límites – Aprender a decir “NO”. Trabaja tu autonomía al fijar límites atinentes a lo que estás dispuesta a permitir a los demás, y hasta dónde les dejas acceder a tu espacio personal. Asimismo, manejar nuestros “si” y nuestros “no”, es imprescindible para nuestro bienestar, de lo contrario en muchas ocasiones los “si” que le decimos a los demás, son realmente “no” que nos decimos a nosotros mismos, para complacer a otros.
Responsabilízate – Sé Coherente: Responde por tus elecciones, decisiones y acciones. Sé coherente entre lo que dices y haces, entre lo que deseas y la acción a realizar.
Felicítate por tus logros – Prémiate. Celebra cada éxito, triunfo u objetivo alcanzado por más pequeño que sea. Te cargará de energía y te impulsará a continuar.
¡Lista para empezar!