Además del papel que desempeña la testosterona, investigadores europeos han identificado por primera vez los detalles de un proceso biológico “alternativo” que resulta necesario para desarrollar los genitales masculinos en un feto. Algunas personas afectadas por trastornos del desarrollo sexual pueden encontrar dificultades a medida que crecen.
Los hallazgos, publicados en la revista Plos Biology, también arrojan más luz sobre las razones por las que los bebés nacen con testículos no descendidos, malformaciones en el pene y otras anomalías de los genitales externos masculinos. Este trabajo muestra por primera vez que la placenta y la glándula suprarrenal también intervienen en el desarrollo de los genitales masculinos.
El pene necesita algo más que testosterona. La masculinización en el feto humano no solo es fruto de la testosterona fabricada por los testículos. Un nuevo estudio publicado en PLOS Biology confirma que el desarrollo fetal del pene requiere también de otras hormonas, como la androsterona, producidas por la placenta y otros órganos.
Durante el desarrollo del feto masculino, los testículos liberan testosterona, una hormona esteroide producida por los testículos que es convertida en 5α-dihidrotestosterona (algo así como una ‘supertestosterona’ llamada DHT), que asegura la formación de un pene en lugar de un clítoris femenino.
Este nuevo trabajo, liderado por científicos de las universidades de Aberdeen (Reino Unido) y Glasgow (Escocia), muestra por primera vez que la placenta y la glándula suprarrenal también intervienen en la creación de dicha ‘supertestosterona’.
Los resultados revelan una vía previamente desconocida de masculinización de los genitales externos que puede explicar por qué la disfunción placentaria está asociada con trastornos del desarrollo genital masculino. Ambos procesos deben ocurrir con éxito para asegurar que los genitales masculinos se desarrollen normalmente.
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