Contar con una sana autoestima es determinante para alcanzar una mayor calidad de vida en todos los aspectos de la misma y conquistar la superación personal que anhelamos.
La autoestima es amplia y dinámica
La autoestima supone no sólo “quererse a uno mismo”, sino que involucra todos los pensamientos, sentimientos, emociones y actitudes respecto a nosotros, que hemos ido almacenando a lo largo de nuestra vida. En consecuencia, no es un concepto estático, varía con el transcurrir del tiempo, incluso en atención a las circunstancias que nos rodean.
La autoestima comienza a formarse en la infancia, de hecho esta suele ser una etapa crítica en su desarrollo y junto con las experiencias vividas durante la adolescencia, pueden condicionar la manera de vernos a nosotros mismos. Las opiniones y valoraciones que recibimos a edad temprana van creando nuestra autoimagen, colocándonos «etiquetas» que más adelante limitarán la forma en la que nos percibimos.
La autoestima sana aporta competencia personal para afrontar los problemas y dar cumplimiento a nuestros objetivos. Es normal, las fluctuaciones en cómo nos percibimos a nosotros mismos a lo largo del tiempo. Pero, se convierte en un real obstáculo, para gozar de una buena calidad de vida, cuando nos volvemos enemigos de nosotros mismos. Al no sentirnos seguros, competentes o merecedores de cariño y respeto, no nos motivamos a actuar en nuestro beneficio.
EJERCICIOS:
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Autoanalízate – Escucha tu dialogo interno
Detente y reflexiona acerca de tu diálogo interno. ¿Cómo te hablas a ti mismo? ¿Qué tipo de lenguaje usas? ¿Te críticas con frecuencia? ¿Eres tu mejor amigo o tu peor enemigo? ¿Te perdonas por tus errores y/o fracasos o te quedas enganchado en la culpa?
Te recomiendo un desafío de 7 días. Un “stop” por escasos minutos por lo menos 2 veces diarias y reflexionar acerca de tu dialogo interno. ¿Qué te estás diciendo en esos momentos? Toma un cuaderno y escribe durante este periodo por lo menos dos veces al día tu percepción al respecto. Al concluir los 7 días, descubrirás muchas cosas de ti y desde “el darte cuenta” podrás iniciar el cambio de regreso a tu interior, como un ser valioso y merecedor de todas las bendiciones que el mundo nos ofrece. El título de esta lista será: ¿cómo me trato?
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Autoconocimiento – Descúbrete
Transcurrido este periodo y a sabiendas del tipo de dialogo interno que usualmente se desarrolla en ti. Iniciarás una nueva etapa de 7 días en los cuales al levantarte en la mañana o antes de dormir, te harás preguntas cómo estas: ¿Dónde se originan las creencias o valoraciones negativas que tengo de mí mismo? ¿Por qué me maltrato y recrimino? ¿Por qué le doy vueltas y vueltas a mis equivocaciones? y anotarás tus reflexiones al respecto. El título de esta lista será: ¿por qué?, ¿para qué? me trato a mí mismo de esa manera.
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Pensamientos positivos – Actívate
Comprométete a iniciar una tercera lista por 7 días más, dónde anotarás a diario un número no inferior a 3 cualidades, habilidades, fortalezas o logros obtenidos por más sencillos que te parezcan. Al finalizar los 7 días tendrás en tu lista una cantidad de por lo menos 21 aspectos luminosos acerca de ti, estoy segura que sí te analizas con sinceridad y honestidad, van a ser muchos más. El título de esta lista será: Yo soy…
Esta lista la leerás frente al espejo el mayor número de días que desees y verás lo bien que te sentirás. Además, puedes colocarla en un sitio visible para ti, que te impulse a leerla con regularidad y te recuerde el ser maravilloso que eres.
Identificar las fortalezas de cada persona es, según la psicóloga Ilona Boniwell, fundadora y primera directora de la European Network of Positive Psychology, vital para acercarse a lo que se conoce como “zona de poder”: estado en el que las personas desarrollan al máximo su potencial en la vida laboral y en los proyectos personales. En cambio, según esta profesional de nacionalidad letona, rusa y británica, gastar energía en corregir lo que hacemos mal no es la estrategia adecuada. Al final lo que estimula es conectarse con lo que nos hizo sentir energía y placer”, precisa Boniwell.
Toda la investigación disponible demuestra que cuanto más usemos nuestras fortalezas seremos más felices y nos sentiremos más satisfechos. Cuando esto ocurre, queda poco espacio para el miedo y la inseguridad.
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Autocuidado – Autorespeto – Automerecimiento
Te invito a elaborar una lista contentiva de pequeñas cosas que te causen gran alegría. Deben traducirse en: “Consentirte”, “Mimarte”, “Cuidarte” o te generen una gran sensación de bienestar en tu diario vivir.
Esta lista de premios, puede estar conformada por actividades como estás: ir a un gimnasio, hacer una caminata de 35 minutos, ir a tomar café con una amiga o sola, ir a la playa, preparar un postre o receta que te entusiasme, probar un nuevo corte de pelo, tomar un largo baño y luego hidratarte el cabello, merendar algo rico, sentarte a meditar, leer un libro. En fin, debes elaborar una larga lista, muy extensa.
Posteriormente, cada actividad que escribiste la recortas, doblas y colocas en una cajita o bol. Cada mañana debes sacar un papelito y darte el “premio”, sin excusas.
Créeme tienes que consentirte, no tiene que ser comprando grandes cosas, simplemente complaciéndote con detalles que animan tu alma. Eso que te das a ti mismo, se multiplicará en bendiciones para ti y para los que te rodean. ¡Prueba y recuerda imprimir acción a lo que deseas!