En los niños pequeños un cierto grado de agresión, a través de mordiscos, golpes y manotazos, es natural; incluso, es normal que el comportamiento de tu hijo en algunas ocasiones te avergüence y te preocupe. Sin embargo, debes mantenerte atenta y tomar las medidas pertinentes. Los comportamientos agresivos son inaceptables.
Recomendaciones
- Reacciona rápidamente y responde a la brevedad. Siempre que tu hijo tenga una conducta agresiva. Llévatelo del lugar donde ha ocurrido la agresión, para que pueda pensar; para un niño en edad preescolar, tres a cinco minutos separado de los demás, es suficiente. La idea es que relacione su comportamiento con la consecuencia y que aprenda que está mal actuar de manera agresiva.
- Disciplínalo con constancia. Responde al comportamiento agresivo siempre de la misma manera, de ser posible. Empujaste a tu amiguito, otro rato solito a pensar. Eventualmente, se dará cuenta de que si no se comporta bien, no podrá disfrutar de las cosas divertidas. Este es el primer paso para empezar a controlar su propio comportamiento, con el tiempo entenderá que siempre que se porta mal, lo castigan dejándolo un rato solo.
- Responde con consecuencias lógicas. Si tu hijo empieza a lanzarle los juguetes a otros niños en el parque; apártalo, siéntalo a tu lado y explícale que podrá volver a participar, cuando esté listo para jugar sin hacer daño a otros niños.
- Mantén la calma. No importa lo molesta que estés, Procura no gritar, pegarle, ni decirle jamás que es malo. Lo que debes corregir es la acción, no afectar la personalidad del niño, y mucho menos ponerle etiquetas. Si, por otro lado, tu hijo observa cómo te controlas tú, ese será el primer paso para que aprenda a controlar su propio temperamento.
- Habla de lo sucedido. Deja que tu hijo se calme. El mejor momento es después que se haya calmado, pero antes de que olvide lo que paso. Explícale que es natural que nos enojemos en ocasiones, pero que no está bien, morder, empujar, patear o cualquier otra forma de agresión. Asimismo, sugiérele diversas formas para manejar la rabia o ira.
- Aumenta su sentido de la responsabilidad. Si la agresión de
tu hijo causa un daño, debe repararlo. Puede ayudar a reparar un juguete roto, o a recoger las galletas que tiro al piso o los cuentos que lanzó en un momento de enojo. No lo hagas como un castigo, sino como la consecuencia natural de un acto agresivo; algo que cualquiera tendría que hacer si causa un daño. - Enséñalo a pedir disculpas. Asegúrate que tu hijo comprenda que necesita pedir disculpas, cuando causa un daño o comete un error, incluso aunque tengas que llevarlo de la mano hasta la persona que ofendió. A la larga aprenderá la lección.
- Limita su tiempo frente a la televisión. Selecciona la programación. Especialmente si tu hijo es propenso al comportamiento agresivo, y de ser necesario, siéntate a su lado y haz comentarios sobre las situaciones que se presenten.
- Halágalo cuando se comporte bien. Cuando por ejemplo le pida a otro niño con cortesía que le preste su juguete, en lugar de arrebatárselo; elógialo, por haber expresado verbalmente lo que quería, y con el tiempo se dará cuenta del poder de sus palabras. Exprésale lo orgullosa que estás de él y sé específica y clara cuando lo alabes.
- Proporciónale actividad física. Si tienes un hijo muy activo, procura que realice actividades al aire libre. Permítele que corra, salte, o juegue con la pelota. Inscríbelo en clases de alguna disciplina deportiva.
- No dudes en pedir ayuda, de ser necesario. Si el comportamiento agresivo de tu hijo es muy frecuente y grave. Considera la posibilidad de buscar apoyo profesional.
Fundadora de TuESTIMA.
Fundadora de TuESTIMA. Consultora Marketing Digital. Asesora Motivacional. Mamá Bloguera. Emprendedora. Líder Proactivo. Amante de la superación personal. Coach Autoestima Infantil.
×
Fundadora de TuESTIMA.
Fundadora de TuESTIMA. Consultora Marketing Digital. Asesora Motivacional. Mamá Bloguera. Emprendedora. Líder Proactivo. Amante de la superación personal. Coach Autoestima Infantil.