La falsa autoestima, esconde una baja autoestima. La falsa autoestima o una autoestima enmascarada, es aquella que busca crear una imagen falsa a modo de autoprotección.
Se crea una apariencia, en una o en varias áreas de la vida, para compensar la debilidad o carencia de alguna habilidad. En ocasiones se crea una imagen como protección, para resguardarse de ser objeto de daño y sobre todo para aparentar que no se tienen problemas de inseguridad.
Algunas personas que instauran esta falsa autoestima, no son conscientes de que poseen una baja autoestima, ya que con las herramientas que van empleando para enmascarar la verdad, acaban creyéndose que gozan de un gran amor propio. Por el contrario, otras personas si son conscientes de su problema, y se ponen máscaras de manera voluntaria. Ocultando así, sus debilidades, sintiéndose a salvo y logrando que los demás no se enteren de su inseguridad y falta de estima personal.
ALGUNOS RASGOS QUE DELATAN LA FALSA AUTOESTIMA:
Sentimientos de superioridad, Envidia, Crítica constante a los demás y a sus debilidades, Crueldad, Prepotencia, Orgullo exacerbado, Egoísmo, Arrogancia, Faltas de respeto hacia a los demás, Insensibilidad, Autoritarismo, Irritabilidad, Inestabilidad emocional, Inflexibilidad, Resentimiento, Manipulación, y Autoengaño, entre otras.
TRES ASPECTOS QUE OCULTAN UNA BAJA AUTOESTIMA, EN MUCHOS CASOS:
1. Los éxitos laborales:
Hay muchas personas que se escudan en sus éxitos profesionales, dan su vida por el trabajo, sólo tienen tiempo para ello, pero les agrada porque el trabajo les confiere identidad y seguridad. El trabajo es un refugio. La persona presume de su cargo, de manera habitual. En ocasiones este tipo de personas, se convierten en jefes crueles e incomprensivos y poco tolerantes. Fuera del ámbito laboral se sienten perdidos, sin rumbo y sin ningún valor personal.
2. La apariencia física:
No necesariamente una persona que goce de atributos físicos, tiene una alta autoestima. Existen mujeres muy bellas y hombres muy atractivos que tienen una muy baja autoestima. En efecto, la autoestima no depende de que una persona sea más bonita o más fea, depende de un sentimiento de amor y aceptación individual.
Hay personas que cuidan de manera excesiva su aspecto físico e invierten grandes cantidades de dinero y tiempo. Perciben que su seguridad personal e identidad depende exclusivamente de ello. Jamás se presentarán públicamente descuidadas o abandonadas, porque perderían su autoconfianza. Su valía se sustenta en la apariencia personal.
3. La riqueza material. Dinero y posesiones.
En ocasiones, algunas personas que tienen un alto nivel adquisitivo y un sin número de bienes materiales, llegan a perder su identidad real y asumen aquella vinculada a las posesiones. Estas personas en oportunidades llegan a cegarse y adquieren todo lo nuevo que sale al mercado, presumen de sus pertenecías y se amalgaman a ellas de tal manera, que sin ellas se sienten perdidos. Su valía está vinculada a la opinión de los demás, y por ello, necesitan mostrar lo que tienen y presumir de ello, para recibir una alta valoración.
¿QUE PUEDES HACER, ANTE ESTE TIPO DE PERSONAS?
Una vez que una persona ha desarrollado, este tipo de autoestima de forma exagerada, es difícil que lo reconozca y mucho menos que lo considere un problema. Sin embargo, resulta de utilidad, ponerles límites, mostrarle que su conducta tiene consecuencias, las cuales están vinculadas a la responsabilidad y que no es un individuo perfecto, no es el mejor y por supuesto no siempre tiene la razón.
Debemos acercarnos a nuestro “yo interno”, ello nos llevara a conectar con lo que realmente somos, con nuestra esencia. Las personas que sufren de autoestima baja tardan mucho más en superar los reveses de la vida, incluso puede que no se recuperen y vayan arrastrando enfermedades psicosomáticas como una manera de vivir. Una autoestima alta, sin lugar a dudas, es la base de una vida emocional sana y armónica.