“Planta las semillas de la felicidad, la esperanza, el éxito y el amor; todo te regresará en abundancia. Esta es la ley de la naturaleza” – Steve Maraboli.
Todos queremos vivir en abundancia, ser prósperos, y eso está bien. No es malo ser rico, como seguramente le habrás escuchado a alguno por ahí; si tu riqueza ha sido obtenida de manera legal, pues a disfrutarla sin complejos. Si no eres rico todavía, pues ponte a trabajar en eso, y cuando digo trabajar no me refiero solamente a recibir una compensación por la labor que hagas, sea cual sea, sino a pensar, a sentir y a vibrar en sintonía con el Universo, con la vida, para llenar todo tu ser con la energía de la prosperidad.
El Universo tiene sus leyes, y una es la del “Dar y el Recibir”. Esta se manifiesta incluso en nuestro cuerpo y nuestra mente, en la naturaleza. Todo funciona a partir de un constante intercambio, si lo frenas vienen los desajustes, es como si dejaras de respirar o de ingerir alimentos o tomar agua, tu cuerpo empezaría a sentirse mal. Lo mismo ocurre en la Vida, la energía, incluso la del dinero, debe fluir, de ti hacia mí y de mí hacia ti, y así con todos. Esta es la mejor manera de entrar en el círculo de la abundancia. Dando y recibiendo.
El dar y el recibir van de la mano, uno hace que ocurra lo otro. Tenemos tanto para dar y necesitamos recibir mucho: amor, dinero, comprensión, abrazos, fortaleza, respeto, cariño, compañía, una llamada, una bendición, una oración, un detalle, las gracias. Como ven, el dar y el recibir no tiene solo que ver con el dinero ni tampoco con los bienes materiales.
Les comparto un secreto: Para alcanzar lo que deseas lo mejor es ayudar a otros a conseguir lo que ellos desean. Dar y Recibir es fluir en abundancia. Eso sí, cuando demos hagámoslo desde el corazón, con la mejor de las intenciones, si no, no lo hagas.
Si al dar sientes que estás perdiendo algo, ese acto no nace del corazón. Lo haces quizás para quedar bien ante los demás, para construir una buena imagen de ti, pero no es un acto genuino. Da con entusiasmo, da con felicidad para que formes parte del círculo de la abundancia.
Una buena y fácil manera de comenzar a practicar la ley de “Dar y Recibir” es la siguiente: Cada vez que entres en contacto con otra persona, dale algo. Repito, no tiene que ser necesariamente algo material, le puedes obsequiar una sonrisa, un cumplido, un piropo respetuoso, una mirada gentil, un caramelo, una flor, unas palabras reconfortantes; incluso desde el silencio podemos obsequiar buenos deseos.
Entre más des, más recibirás. Es ley. No lo olviden.