Hace un año cuando el tema de la resiliencia estaba en la mente de todos escribí un artículo al respecto. En ese tiempo hable de la resiliencia como una habilidad de supervivencia; esta habilidad nos permite seguir avanzando hacia nuestras metas incluso si somos derribados por las adversidades de la vida y que por lo tanto debemos entrenarnos para mantener esta habilidad de la misma manera que los atletas entrenan para obtener resistencia física.
También mencione que el mundo sigue y seguirá cambiando tan rápido que no nos da tiempo para procesar los eventos traumáticos o planificar cómo los vamos a superar.
Por lo tanto, debemos mantener en nuestra caja de herramientas personal la esperanza, el optimismo y la confianza. Esperanza en un mañana mejor sabiendo que como seres humanos tenemos el control de nuestro destino. Optimismo por encontrar soluciones y mecanismo para afrontarlo y transformarlo. Confianza para saber que somos capaces de controlar nuestras emociones y la forma en que reaccionamos ante situaciones difíciles.Hoy quiero retomar este tema bajo una nueva perspectiva. Las circunstancias que todos vivimos en los últimos dos años, nos demostraron realmente de que estamos hechos, y como reaccionamos ante la adversidad. Los dueños de varias compañías en lugar de cruzarse de brazos porque no podían operar en lo absoluto, se hicieron las preguntas correctas y buscaron maneras de superar el gran obstáculo que tenían en frente. Como resultado ahora tienen un negocio más próspero, y con más alcance. ¡Están en el mundo físico y digital! Esto por supuesto trae muchos otros retos de los cuales podemos hablar en otra ocasión. Personas que se quedaron sin trabajo, empezaron negocios nuevos que jamás habían imaginado.
El tomar ese momento de análisis de la situación, de MIRAR cuál es tu circunstancia actual, adonde quieres ir, y cuáles son tus obstáculos y deficiencias, es el primer paso.
Para esto requieres de las herramientas que mencione anteriormente. Tener siempre esperanza de que no importa las circunstancias el sol vuelve a salir cada mañana; el optimismo de que lo vas a poder lograr si pones de tu parte, y lo más importante si tienes la confianza en ti y en tus capacidades. Una vez que ya has entendido tu situación y sabes a donde quieres llegar y que necesitas para lograrlo empiezas la segunda fase:
ADAPTAR, hacer los cambios que necesitas, aprender lo que necesitas y lo más importante remover lo que ya no necesitas. Así como el mundo está cambiando y seguirá cambiando, nosotros también cambiamos constantemente y lo que necesitábamos o nos gustaba hace un tiempo, no necesariamente nos sirve ahora. Revisa esas membresías que tienes hace tiempo, esas actividades que ya no te generan ningún valor o las que ya no disfrutas tanto como antes. La última etapa es la de SUSTENTAR, para esto necesitamos medir, ver si los cambios implementados nos están sirviendo o no.
La resiliencia es una habilidad de supervivencia y tenemos que continuamente entrenarnos en ella. Sin embargo, al igual que los deportistas, no solo haciendo ejercicio se llega a la meta, tenemos que comer bien y mirar lo que nuestro cuerpo está consumiendo. Llena tu vida de herramientas que te sirvan en las diferentes circunstancias y remueve todo aquello que en lugar de aportar valor te está quitando tiempo.
Recuerda que el tiempo es lo más preciado que tenemos, y depende de cada uno de nosotros que decidimos hacer con él. ¡Sigue esta metodología MAS! (Mirar, Adaptar y Sostener), no puedes limitarte solo a sobrevivir, ¡necesitas VIVIR! Y para vivir necesitas tiempo, energía física y mental. Los pequeños cambios pueden marcar una gran diferencia en nuestra vida a largo plazo. James Clear en su libro hábitos atómicos mencionó que necesitamos construir un sistema que nos ayude a mejorar un 1% cada día. Cual va ser el tuyo? No te quedes en modo de supervivencia, ve por más.