Los ingresos y los retiros en la cuenta emocional de los hijos dependen de sus padres o representantes, en gran medida. Mantengamos un saldo positivo en el banco de sus emociones.
Como apoyo al desarrollo del tema, me permito citar algunos párrafos e ideas del bestsellers “Los 7 Hábitos de la Gente Eficaz” del afamado autor Stephen R. Covey, quien nos dice: Todos sabemos lo que es una cuenta bancaria. En ella efectuamos depósitos y constituimos una reserva de la que podemos exigir reintegros cuando los necesitamos. “La Cuenta Bancaria Emocional” es:
Es una metáfora de la confianza incorporada de una relación. Es el sentimiento de seguridad que tenemos respecto de otro ser humano.
Aquí un ejemplo, “Supongamos que tienes un hijo adolescente y que las conversaciones normales con él siguen la línea de «Limpia tu cuarto», «abotónate la camisa», «apaga la radio», «ve a cortarte el pelo» y «no te olvides de sacar la basura». Al cabo de un tiempo, los reintegros exceden en mucho a los depósitos.
Ahora bien, supongamos que ese hijo está a punto de tomar algunas decisiones importantes que afectarán el resto de su vida. El nivel de confianza es tan bajo y la comunicación es tan cerrada, y es tan mecánica e insatisfactoria, que el jovencito simplemente no mostrará ninguna receptividad hacia tus consejos. Tu puedes tener conocimientos y sabiduría para ayudarlo, pero como tu cuenta está tan al descubierto, tu hijo terminará tomando una decisión con una perspectiva emocional a corto plazo, de la que bien pueden resultar muchas consecuencias negativas a largo plazo”.
Las cuentas depositadas en las personas con las que interactuamos regularmente requieren inversiones más constantes.
Asimismo, nos dice Covey que la construcción y reparación de relaciones supone una inversión a largo plazo, siendo los 6 depósitos principales capaces de construir una cuenta bancaria emocional. Los siguientes:
- Comprender al individuo
- Prestar atención a las pequeñas cosas
- Mantener los compromisos
- Aclarar las expectativas
- Demostrar integridad personal
- Disculparse sinceramente cuando se pide un reintegro
Si a diario corregimos o regañamos a nuestros hijos 15 veces en promedio y le decimos otras 10 veces “No” a sus peticiones, su saldo positivo en el banco de las emociones será cero (0), sin capital y en rojo. Apóyalos en la construcción de una cuenta emocional en positivo y abundante, la vida se encarga de nivelar el saldo, pero en tu relación, no olvides los ingresos.