Me permito citar textualmente la respuesta a esta pregunta, emanada de tres expertos en la materia:
Johnthan Rivero, psicólogo y sexólogo; Yumary Guerra, psicóloga y sexóloga y Amor Antúnez, sex coach y autora del libro “Sexo con Cinco – Algunas Mentiras y Verdades sobre el Erotismo”.
Explica Rivero, la autoestima no solamente puede afectar el rendimiento profesional o académico de una persona, sino también su desempeño sexual. «La autoestima tiene que ver con la percepción que tenemos de nosotros mismos y con las capacidades y habilidades que sentimos que poseemos. En el área sexual es importante tener un concepto y una imagen positiva y agradable de nosotros mismos; de lo contrario, se nos dificultaría esa conexión que buscamos con el otro».
Guerra coincide: «Los problemas de autoestima tienen una repercusión muy negativa en la sexualidad por el miedo a la imagen de perfección que su pareja pueda tener de ella y que no coincide con la realidad». Por eso esta sexóloga recomienda a los que tienen una visión negativa de su cuerpo, que su sexualidad puede mejorar si tienen en cuenta que lo que realmente causa atracción y deseo sexual es la actitud. Hay a quienes les bastará con repetirse a sí mismos esto frente al espejo, mientras que otros probablemente requieran de apoyo profesional.
Antúnez propone que si es algo que queremos y podemos cambiar (buscar ayuda, cambiar de look, hacer ejercicio, etc.) conviene hacerlo y no caer en la victimización.
Podemos concluir, en atención a lo expresado por los especialistas que la autoestima sexual se enfoca en el valor que destinamos a las conductas y comportamientos que se relacionan con nuestra vida íntima, la forma en que la llevamos a cabo y la satisfacción que nos puede generar.
En la medida en que la autoestima sexual sea equilibrada, determinará una manera sana y satisfactoria de relacionarse en pareja, en el ámbito íntimo.
De la misma forma que la autoestima es la valoración que hacemos de nosotros mismos, la autoestima sexual es esa propia valoración en el terreno de las relaciones sexuales.
Buena parte de la construcción de la autoestima sexual se relaciona directamente con la actitud y forma de ser. Sentirte capaz de complacer y de ser complacido es la vibración que debes generar.
La percepción que tenemos de nosotros mismos muchas veces se ve contaminada por ideas y complejos que mantenemos dentro de nuestra forma de pensar. La conducta se relaciona en gran medida con la forma en que fuimos educados y del reforzamiento de conductas e ideas que se mantuvieron latentes durante nuestra infancia y adolescencia.
La autoestima sexual se construye a partir de la idea que tenemos de nosotros mismos, ella nos hace sentir seguros y confiados en la intimidad más allá de nuestra apariencia física, de la experiencia o de lo intimidados que podamos estar ante determinadas prácticas. La seguridad en el plano sexual nos ayuda a experimentar los encuentros de una forma satisfactoria, haciendo que nuestra pareja se sienta cómoda y que el sexo sea mucho más placentero para ambos.
La sexualidad no es cuestión únicamente de genitales, es cuestión de actitud, de cuerpos encontrándose, de deseos, de contextos, de momentos, de vibraciones que no se ven pero se perciben, se sienten y sobre todo seducen a la otra persona.
Es indudable que la autoestima de una persona incide directamente sobre el modo de vivenciar todas sus experiencias y la sexualidad no escapa de ellas.