Según una investigación, el poder económico aumenta nuestro nivel de satisfacción con la vida. Uno de los más antiguos y universales proverbios de la sabiduría popular sentencia que “el dinero no compra la felicidad”, pero esa afirmación está siendo puesta en entredicho por la ciencia moderna.
La capacidad económica genera mayores niveles de satisfacción en la vida cuando se utiliza para comprar tiempo libre, por ejemplo, pagando para delegar en otras personas tareas que resultan desagradables, aburridas o agotadoras (mental o físicamente), sostiene un estudio conjunto de investigadores de las universidades de Columbia Británica, en Canadá, y de Harvard, en Estados Unidos. “Los beneficios de comprar tiempo no son solo para la gente rica, como pensábamos, ya que, para nuestra sorpresa, encontramos los mismos efectos en personas con distintos niveles de ingresos”. Aquellos sujetos que gastaron dinero en compras que les permitían disponer de más tiempo libre reportaron una mayor satisfacción con la vida, según Dunn y Whillans.
¿Cómo gastar para ser felices? Tres claves que propone el libro ‘Happy Money: The Science of Smarter Spending’ (‘Dinero feliz: la ciencia del gasto más inteligente’) escrito por la profesora de psicología Elizabeth Dunn y Michael I. Norton, profesor de administración de negocios.
Primero, “compre experiencias” (vivencias: vacaciones, viajes, conciertos, comidas especiales). Segundo, “compre tiempo” (mudarse a casa cercana al trabajo, pagar por cosas que te molestar hacer o no tienes tiempo) Tercero, “invierta en los demás” (elegir gastar dinero en otras personas, tanto en nuestros familiares o amigos como por medio de donaciones caritativas).
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