Sentirnos bien con nosotros mismos no tiene precio. Constituye la base sobre la cual se sustenta la actitud con la cual enfrentamos la vida. La autoestima, como la palabra lo dice, es esa estima que sentimos por nosotros mismos, lo que supone ser conscientes de lo que somos; nuestras fortalezas, debilidades, virtudes y defectos.
La práctica de la meditación es una herramienta excelente, entre otros aspectos, para el autoconocimiento; sentirnos interna y externamente, y desde ese espacio de calma, comenzar a evaluar nuestro nivel de autoestima y trabajar sobre ella, para elevarla.
Sus comprobados efectos positivos para la salud psíquica y física han hecho que hoy la ciencia le asigne a esta herramienta milenaria, un potencial capaz de revolucionar la Medicina y la Psicología.
Muchos médicos y psicólogos, incorporan técnicas de meditación a sus estrategias terapéuticas o la prescriben a sus pacientes. Desde el año 2000 la Organización Mundial de la Salud (OMS) reconoce que la meditación es eficaz para reducir el estrés y mejorar la calidad de vida, incluso la señala como una herramienta preventiva para pacientes con tendencias suicidas.
El psicólogo argentino Martin Reynoso, explica que “la respiración funciona como un conector entre la mente y el cuerpo, a través del cual se puede lograr un estado de calma y concentración y, por tanto, una disminución de la ansiedad, el estrés y la “rumiación” mental (interminables diálogos internos)”.
La Meditación permite la creación del espacio indicado para calmarnos, revisar nuestros pensamientos, y reprogramarlos; ya que en muchos casos, son negativos. En efecto, para estimarnos debemos como punto de partida, conocernos y sentirnos.
En este sentido, Daniel Márquez, monje budista venezolano con formación en Psicología Gestalt, expresa que la psicoterapia y la meditación, “Son vías de autoconocimiento que trabajan en distintos niveles de conciencia, pueden practicarse simultáneamente y son excelentes para la búsqueda de la realización personal”.
Los beneficios físicos y psíquicos de la meditación se evidencian cuando se practica en forma consecuente, entre los más destacados se encuentran:
Mente:
- Ideal para el autoconocimiento.
- Cultiva una seguridad interior sólida, que mejora considerablemente la vinculación con la fuerza interior, favoreciendo la
- Ayuda a calmar la mente, a encontrar la serenidad, incluso ante presiones y eventos difíciles.
- Disuelve preocupaciones, generando sentimientos propicios ligados a la aceptación.
- Te conecta con el momento presente. Permite disfrutar cada momento de la vida. Propiciando un mayor contacto con el “Aquí y el Ahora”.
- Favorece la claridad mental para frenar trabas emocionales que te impiden tomar acciones.
- Mejora la concentración.
- Aumenta la capacidad de memoria y aprendizaje.
- Estimula la tolerancia, la sensibilidad y la conexión con los demás, sin perder el eje de la propia existencia.
Cuerpo:
- Disminuye la tensión y el stress, puede revertir enfermedades psicosomáticas.
- Normaliza la presión sanguínea y fortalece el sistema inmunitario.
- Retrasa los procesos de envejecimiento y aumenta la longevidad.
- Repara las funciones neurológicas del cerebro. 25 minutos de meditación profunda equivalen a cerca de 2 horas de sueño de calidad.
Una práctica regular de la Meditación aumenta la sensibilidad a las sensaciones físicas y emocionales, por lo que es más fácil trabajar sobre nosotros mismos, elevar nuestra autoestima y detener el ciclo de la autocrítica.
Incluye la meditación en tu rutina diaria y con solo 15 minutos diarios, verás grandes beneficios.