“Encontrar los caminos para que todo el mundo tenga acceso a las caricias, es la única revolución que tiene sentido”. Rolando Toro.
La caricia, es el contacto amoroso. Este contacto puede ocurrir de incontables maneras: puede ser visual, verbal, sexual, auditivo, táctil e incluso epistolar.
La piel, que es el más grande de nuestros órganos, actúa como barrera protectora, aislando al organismo y protegiéndolo, contribuyendo de esta manera a mantener íntegras sus estructuras, pero ejerce también la función de agente de comunicación con el entorno. La piel entonces no sólo nos sirve para separarnos y protegernos, sino también para unirnos a los otros, para percibir el mundo que nos rodea y fundirnos con los demás. Biodanza es, según su creador, “La Poética del Encuentro”.
Uno de los ejercicios fundamentales en Biodanza es la Ceremonia del Encuentro, la cual tiene el carácter de un verdadero rito de vinculación afectiva mediante el cual logramos re-aprender patrones de aproximación, comunicación y contacto.Para que ese contacto sea transformador es necesario que se acompañe de ternura y afecto, que sea sincero y deseado. Es decir, que exista conexión, comunicación afectiva entre la persona que da y la que recibe caricias. La caricia contiene una complejidad emocional y simbólica que la diferencia del simple contacto. La caricia es un íntimo reconocimiento y una valorización de la persona que la recibe, al tiempo que un deleite y un gozo para quien la da.
Algunos de los efectos de la Caricia:
- Reduce la tensión nerviosa. Los niveles de oxitocina (péptido producido por nuestro organismo) aumentan cuando recibimos caricias. Este incremento de oxitocina en nuestro cuerpo tiene, entre otros beneficios, una acción relajante.
- Activa la secreción de endorfinas: hormonas que están relacionadas con la sensación de bienestar en nuestro organismo.
- Disminuye el cortisol y norepinefrina: hormonas asociadas al estrés y a la ansiedad.
- Pone en marcha las secreciones glandulares que influyen en la homeostasis, entendida como el equilibrio de nuestro ser.
A nivel existencial, la caricia tiene como efectos:
- Quien es acariciado se siente reconfortado y cuidado.
- Nuestra identidad se ve reforzada.
- Aumenta nuestra autoestima.
- Nos sentimos queridos.
- Nos sentimos protegidos.
- Nos aleja de la soledad y hace que queramos estar en compañía.
- Nos tranquiliza.
- Recuperamos el placer que nos proporciona nuestro cuerpo.
- Mejora nuestra sexualidad.
- Crea lazos de unión y sentido de pertenencia.
- Nos hace más felices.
En el contexto de Biodanza, para que las caricias sean transformadoras, hay que cuidar:
- La oportunidad: el facilitador debe observar cómo están las personas, qué necesitan y en qué momento puede ocurrir la caricia.
- La progresividad: la apertura al contacto necesita un tiempo de asimilación y cada persona tiene su propio ritmo.
- La auto regulación: para no sentirnos saturados o molestos por aceptar caricias que no queremos recibir.
- El Feed – back: cada persona tiene una necesidad distinta de caricias. Los participantes deben ser sensibles para captar al otro y respetar sus límites.
- El Uso de nuestra libertad: aprender a usarla, para aceptar caricias o rechazar las que no queramos.
Como corolario, bajo la óptica de Biodanza, podemos afirmar que el contacto y la caricia son a la vida, como el agua al pez. Fuente nutricia y de contención.