La Gratitud es una actitud interior, una emoción, que cuanto más la practicamos, más poderosa se siente.
Todos los días, al despertar en la mañana, hago un espacio de 10 minutos (sí, ¡solo me lleva 10 minutos!) para realizar unos ejercicios de respiración energizantes, mientras enfoco la atención en agradecer por las cosas que aprecio en mi vida.
Salgo al mundo con una actitud genial, con energía para las situaciones del día, seguro de que esa es la energía que quiero compartir. Y además todo lo que realmente aprecio, la vida me trae el doble.
Suelo decir que no necesitamos razones para sentirnos plenos y agradecidos ¡simplemente hagámoslo! ¡Ahora!
Para muchos, quejarse, llorar, mostrar necesidad y hacer el papel de víctimas por lo que dicen que no tienen, parece un hábito. Pero piénsalo conmigo un instante… Si dejamos que la atención se fije en lo que no tenemos, en que algo falta, difícilmente sentiremos que merecemos lo mejor de la vida. Y desde la carencia ¿quién puede experimentar una vida abundante?
La Abundancia, que solemos proyectar en las cosas, es un estado de consciencia, una mentalidad, que llevamos a las circunstancias que vivimos, y con la que accedemos a la sabiduría de la Vida. Dejando atrás la queja, el enfado y la frustración, para darle cada vez más lugar a lo que realmente queremos.
Porque es imposible ver dos mundos opuestos. Estamos enfadados o nos sentimos agradecidos; tenemos miedo o estamos Presentes. La gratitud tiene el Poder de transformar cualquier situación que experimentemos como un desafío o dificultad. Agradecer nos hace Grandes, ¡la gratitud es la energía que sostiene nuestro éxito y ganancias en el mundo! Y ayuda a deshacer el miedo, paso a paso.
Por eso apreciar y agradecer lo que somos y tenemos, es un decisión en favor del Amor.