La importancia de equilibrar los estados de ánimo
Los estados de ánimo influyen en nuestras vidas, más que las grandes emociones. Todos nos enseñan algo, por eso es importante aceptarlos y amarlos, pues son en definitiva, los que nos hace humanos. Nuestros estados de ánimo siempre están ahí, como una música de fondo, pero para percibirlos es necesario detenerse para escucharlos en nuestro interior.
Se definen como un estado psicológico generalizado y persistente, que permanece por un período relativamente largo e influyen en la manera de percibir el mundo. Otra definición expresa, que los estados de ánimo son contenidos mentales conscientes o inconscientes, en los que se mezclan estados del cuerpo, emociones sutiles y pensamientos automáticos. Los estados de ánimo dan densidad a nuestras vidas, nos hacen humanos.
Los estados de ánimo positivos facilitan la ampliación de nuestra mirada sobre el mundo. Cuando somos felices nos sentimos seguros, disfrutamos, estamos dispuestos a mirar y admirar lo que sea que nos rodee; por el contrario, los estados de ánimo negativos nos mueven a desconfiar, a estar vigilantes, a centrarnos en lo que nos parece peligroso o problemático.
El ideal, de un estado de ánimo positivo permanente, no es realista. Debemos partir del principio de que somos luz, sombras y oscuridad. La sombra es necesaria para dar profundidad a la luz. Por ello, es que las luces de la tarde o de la mañana son más hermosas, que las del mediodía. También es hermosa la noche, pero sólo porque tenemos la certeza que pronto amanecerá.
Mantente presente y alerta, detente, aprende a escucharte y a observar tus estados de ánimo para poder equilibrarlos. Una herramienta maravillosa es la práctica de la meditación.