Si deseamos que nuestros hijos afronten las dificultades de la vida con fortaleza y éxito, es importante educarles en la capacidad de ser resilientes, para ello es fundamental nuestro ejemplo, no sobreprotegerlos, creer en ellos y desarrollar su autoestima.
Sin embargo, que los niños sean resilientes no significa que no experimentarán dificultades o angustia. El dolor emocional y la tristeza son comunes cuando tenemos un trauma de importancia o una pérdida personal.
No se trata de evitar que se caigan, sino de enseñarles a levantarse, y para ello tenemos que confiar en que ellos pueden hacerlo. No significa que debes exponerlos a peligros, aportar seguridad y protección es necesario. Una práctica sana que podemos implementar en nuestra rutina de vida, es preguntarle al niño ante una adversidad ¿qué puedes aprender de esto que te ha ocurrido?
Los especialistas afirman que la resiliencia está vinculada a la autoestima, por lo que es importante trabajar con los niños desde pequeños, para que puedan desarrollar sanamente esta capacidad.
Es fundamental la necesidad de fortalecer a los niños interiormente para que puedan resistir las dificultades de este mundo tan complejo y globalizado. Formarlos, favorecer las vivencias de cada etapa de crecimiento, físico y psíquico, sin apurar sus tiempos, conociendo sus potencialidades y sus características espirituales, y acercarlos a través de diversos modos, a técnicas en el conocimiento de sí mismos, es sin duda nuestro mejor legado.
Un niño con buena autoestima se transformará en un adulto con buena capacidad de resiliencia, por lo que estará preparado para superar los obstáculos que encuentre a lo largo de su vida.
Es importante que a los niños se les guíe durante su primera etapa de vida de forma eficiente, a fin de que desarrollen una forma benéfica de enfrentarse a la vida; que se los motive positivamente para que puedan afrontar las diversas situaciones que pudieran anteponerse en su camino y consigan sobrellevarlas, sin sufrir un daño profundo.
Una de las mayores responsabilidades de los padres es poner a disposición de sus hijos una serie de herramientas positivas que ayuden a la formación de un nivel alto de resiliencia frente a los problemas; debemos brindarles mucho amor, tiempo de calidad, comprensión, optimismo, buen humor, y lo más importante ayudarlos a aceptarse, amarse, valorarse y confiar en ellos mismos.
Algunas sugerencias, para poner en práctica:
- Nutre su autoestima de manera positiva. Apoyándolo y creyendo en él.
- Estimula sus relaciones sociales con amigos y familiares. Le brindará apoyo social y respaldo ante desilusiones.
- Incítalo a fijarse metas razonables y acordes con su edad. Un paso a la vez, con división de tareas y reconocimiento de logros.
- Ayúdalo a ver las adversidades, con actitud positiva. En un contexto amplio y con variedad de matices.
- Enséñalo a enfocarse en algo distinto a aquello que le preocupa y a ser flexible.
- Muéstrale la importancia de una sana distribución del tiempo. Cumplir con sus obligaciones, descansar y divertirse. Anímalo a desarrollar sus propias rutinas.
- Apóyalo para que confié en sí mismo, para resolver problemas y tomar las decisiones adecuadas.
- Guíalo en el camino de su autodescubrimiento y manejo de sus emociones y sentimientos. Aceptar sus momentos de tristeza, rabia, miedo, etc. Todas son válidas y está bien expresarlas, lo importante es canalizarlas de una manera sana.
- Hazle saber que brilla con luz propia. Que como todos los seres humanos tiene fortalezas y debilidades. Estas últimas se trabajan.