La crisis económica afecta la calidad de vida y de manera muy especial la salud; por ello, es de gran utilidad poner en práctica la Ley de Atracción.
El primer paso, es relajarte, no desesperarte, tener claro tus objetivos y lo más importante: mantenerte conectada a pensamientos positivos y enfocada en lo que deseas y no en lo que temes. Revisa constantemente tus pensamientos, porque se harán realidad. Todo comienza en tu mente. Si cambias tus pensamientos, cambiarán tus emociones y tu comportamiento.
“La Ley de Atracción es una potente fuerza que atrae hacia nosotros aquello que deseamos o tememos. Todo en lo que concentremos nuestra atención. Un Pensamiento es una fuerza, una manifestación de energía, que tiene el poder magnético de atraer cosas iguales”. “Es la creencia que los pensamientos (conscientes o inconscientes) influyen sobre las vidas de las personas, argumentando que son unidades energéticas que devolverán a la persona una onda similar”.
Abraham-Hicks explica esta Ley, de la siguiente forma:
“Todo pensamiento que ha sido pensado sigue existiendo, y cuando te concentras en un pensamiento, activas su vibración en tu interior. De modo que sea lo que sea a lo que le estés prestando atención, se ha convertido en un pensamiento activado. Pero cuando apartas tu atención de un pensamiento, queda latente o ya no está activo. Cuanta más atención le prestas a un pensamiento y cuando te concentras en él practicando su vibración, éste adquiere fuerza dentro de tu propia vibración, y entonces el pensamiento practicado se convierte en creencia”.
¿Qué debes hacer si deseas atraer cosas buenas a tu vida? ¿Cómo activar la ley de atracción? Pon en práctica estos 5 pasos:
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- Concientiza tus objetivos: Cuando la desesperación, la tristeza y la ansiedad nos invaden, resulta difícil tener claro lo que deseamos tener y vivir. Relájate y conéctate con tu ser interior, es imperativo, que establezcas tus objetivos. Debes definir con la mayor exactitud posible, qué es lo quieres y pedirlo al universo, siendo «el universo» aquello que reconozcas como Dios o ser supremo.
- Entrena tu mente. Enfoca tus pensamientos en aquello que deseas y calificaste como tus objetivos. Piensa y afirma en positivo con sentimientos de entusiasmo en tiempo presente. Revisa varias veces al día a qué tipo de pensamiento le estás dando fuerza y no te desvíes del objetivo fijado.
- Haz imágenes mentales claras y definidas. Debes visualizar en tu mente con el mayor número de detalle, tus objetivos. Entre más detalladas sean las imágenes que haces, más fuerte será la energía que emanas.
- Siéntete y comportarte como si el objeto deseado ya lo hubieras obtenido. Saborea la sensación en presente y agradece desde el corazón. Pensamientos, emociones y sentimientos deben estar alineados hacia el o los objetivos fijados, en el marco de un sincero y sentido agradecimiento en tiempo presente.
- Ábrete a recibir todo aquello que pediste y en lo que fijaste tu atención, desde el merecimiento. Te mereces todo lo que el universo contempla. Pero debes empezar por creértelo.
- Concientiza tus objetivos: Cuando la desesperación, la tristeza y la ansiedad nos invaden, resulta difícil tener claro lo que deseamos tener y vivir. Relájate y conéctate con tu ser interior, es imperativo, que establezcas tus objetivos. Debes definir con la mayor exactitud posible, qué es lo quieres y pedirlo al universo, siendo «el universo» aquello que reconozcas como Dios o ser supremo.
Evita pensamientos negativos y enfocarte en lo que no quieres o temes, por el contrario, dirige toda tu atención a lo que deseas. Utiliza como herramientas las afirmaciones positivas y la visualización creativa.