No importa por quienes está constituida la familia, madre soltera e hijo, personas divorciadas y vueltas a casar con hijos, tía criando al sobrino… lo importante es el amor y el apoyo mutuo que se dan para desarrollarse, para vivir plenamente, y sobre todo la contención que el adulto puede brindar a los miembros más pequeños.
La maternidad o paternidad nos ayudan a crecer y madurar emocionalmente, a dar amor como nunca antes. Hay muchos motivos para ser madre o padre.
Sin lugar a dudas que la familia en la sociedad contemporánea ha cambiado. Podemos observar y experimentar en carne propia que la estructura familiar tradicional (papá, mamá e hijos) ha cedido paso a una diversidad de tipos de familia, entre los que más ha aumentado en los últimos tiempos es el de la familia monoparental, la cabeza de familia es un padre o madre.
En muchas oportunidades son madres o padres que han quedado solos al cuidado de sus hijos tras un embarazo no esperado, pero asumido con amor, o tras una separación o divorcio se han quedado solos al cuidado de los hijos.
También, puede nacer de la decisión de tener hijos sin formar pareja, otras veces es producto de un divorcio o una elección de vida, esta estructura familiar tiene su forma particular de funcionamiento.
Recientemente se observa a hombres y mujeres, que no desean sacrificar su deseo de paternidad o maternidad, por el hecho de no haber formado una pareja. Se embarazan por acuerdo, acuden a la adopción o a técnicas de fertilización asistida.
Lo cierto es que en las familias monoparentales, un progenitor convive y es responsable de sus hijos e hijas menores o dependientes. Lo cual, no implica que se encuentre completamente solo en la labor de la crianza, porque en muchas oportunidades cuentan con familiares y amigos que brindan apoyo y amor a sus hijos.
Existe una gran diversidad de familias monoparentales:
La madre adolescente con su bebé, viviendo ambos con los abuelos.
La madre separada que vive con sus hijos.
Hombre de 55 años, viudo, que vive con su hijo menor.
Mujer liberal de 40 años que ha adoptado una hija.
Madres y Padres Solteros:
Cuando el embarazo fue fortuito y asumido con amor hay varias vivencias que son exclusivas de esta familia y en relación a la cual hay muchas interrogantes:
- ¿Se busca o no el reconocimiento del padre o madre biológico?
- ¿Se busca o no la responsabilidad económica o afectiva del progenitor ausente?
- ¿Realmente ejerce el rol de dos?
- ¿La madre o el padre soltero se sienten estigmatizados? ¿Se sienten rechazados y discriminados?
- ¿Es un mito que las madres y padres solteros asfixian a sus hijos sobreprotegiéndoles? ¿Qué vuelcan sus frustraciones como pareja en sus hijos?
- ¿Es más difícil llevar la carga de las labores domésticas, laborales y económicas, solo que en pareja?
- ¿Deben existir ayudas como becas, facilidades de estudio y trabajo para madres y padres solteros?
Es muy diferente la realidad de una madre adolescente soltera, a quien en la madurez ha optado por la maternidad o la paternidad. La madre adolescente soltera es duramente criticada, por no haberse casado, por haber experimentado tempranamente la vida sexual, por haber sido ingenuas y no protegerse, cuando realmente hay innumerables factores culturales muy conservadores que propician el silencio alrededor de la sexualidad, y una idealización del amor romántico en telenovelas y películas que favorece la negación de las consecuencias del inicio en la vida sexual.
Las madres solteras adolescentes generalmente han sido jóvenes con escasa educación sexual, poca conciencia de los riesgos de embarazarse sin protección, dificultad de acceso a anticonceptivos y escasa firmeza y asertividad ante la pareja.
En Latinoamérica 4/10 adolescentes han experimentado por lo menos un embarazo, 2/10 han tenido el nacimiento de un bebé, y más de 1/7 han sufrido un aborto.
Muchas veces la madre soltera adolescente enfrenta sola las necesidades del grupo familiar, han sido abandonadas por los chicos que las fecundaron, que evitan su responsabilidad económica y afectiva, ¿consecuencias de una educación sexista o machista? Si.